lunes, 28 de diciembre de 2015

Programa SF 189 - Guillermo Moreno - 26 de Diciembre de 2015

Editorial SF del 26 de diciembre de 2015 
por Mariana Moyano

Es ostensible que bastante de lo hecho tocó el hueso. O mejor dicho, y aunque las analogías anatómicas no sean particular e ideológicamente muy simpáticas, algo de lo realizado conmovió el corazón de los intereses que no deben ser conmovidos si se quiere que el monstruo descanse y no sea despertado. Pueden haber sido decisiones políticas que fueron al centro de lo que el capitalismo simbólico no quiere que cruja. O, quizás y también, al nudo de lo que capitalismo material necesita se mantenga incólume. Puede que nos lleve un rato entender exactamente cuál fue el núcleo que se tocó y puede que jamás se termine de saber con exactitud adónde se perforó. Pero es evidente que bastante de lo hecho tocó donde no había que tocar.
La virulencia lo muestra. La brutalidad. Esa ferocidad con que arrancaron los famosos 100 primeros días del nuevo gobierno –si es que sigue existiendo esa idea en el análisis de las ciencias políticas- hecha a fuerza de decretazos para meter con fórceps a dos jueces en la corte, la orden dada desde el poder político para que la Gendarmería metiera bala de goma sin negociación, la aparición de camiones hidrantes en los lugares más simbólicos de la queja pública, el forcejeo a fuerza de DNU de los requisitos de la Oficina Anticorrupción para que deje de ser necesario ser abogado para ocupar la titularidad de ese organismo, la denuncia penal contra el presidente de la AFSCA para sacarlo a como dé lugar del edificio que comanda, la policía, el vallado y la faja de clausura a una entidad que vela por la aplicación de una ley, la explicación ministerial de que una norma sancionada por el Congreso debe ser apaleada si al Presidente no le va en gracia, el levantamiento del aire de un programa de televisión que se animó a poner en tela de juicio tanto a los preceptos liberales como a las vacas sagradas del periodismo, el sonsonete bobo y el escrache berreta (en la mejor tradición de caza de brujas que se ha iniciado) a una periodista porque posee un teléfono de Apple para que ese humito tape la barbaridad de un presidente de vacaciones mientras se le inunda el litoral, la utilización de un error dolorosísimo para poner en tela de juicio nada menos que el Banco Nacional de Datos Genéticos, la denuncia penal contra –como alguien la llama- la tercer argentina más famosa en el mundo luego de Diego Maradona y el Papa, Hebe de Bonafini sólo para que se calle, el fenomenal traslado de riquezas vía devaluación y quita de retenciones a quienes si algo no necesitan es dinero, el mutismo peligroso frente a la aparición de un nieto (hijo con madre viva, para más) restituido o frente al avance de los carcamanes para que el Poder Judicial se detenga ante la connivencia civil en las atrocidades de lesa humanidad.
Algo, alguito, de lo hecho en los 12 años pasados lesionó al que no debe ni rozarse si el poder político no quiere que el poder real se lo almuerce de un bocado.
Quizás puede que parezca menor, pero estoy convencida que algo de lo que más molestó es que del temeroso susurro en micro-mundos, ciertos nombres, marcas y acciones hayan pasado a la cola de la carnicería. Decir en voz alta Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, poder económico, crímenes de civiles, Ledesma, Ford, Mercedes Benz, Papel Prensa, cerealeras, HSBC, JP Morgan y otros tantos que se han vuelto comentario de mesa de ocasión no es buen negocio para Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, el poder económico, los civiles que necesitan tapar sus civiles, Ledesma, Ford, Mercedes Benz, Papel Prensa, las cerealeras, el HSBC y el JP Morgan. Y no porque se me ocurra a mí, sino porque lo explicó con toda claridad Alfredo Yabrán cuando Mariano Grondona le preguntó “¿para usted qué es el poder?”, “Impunidad”, le respondió el empresario: “Para mí el poder es impunidad”.Y ese poder impune no viene ni solo ni dado. Se construye con invisibilidad, con anonimato y sin nada de lo propio expuesto.
Por eso, si se quiere combatir el desigual poder de los poderosos de verdad se pueden tomar decenas, cientos de medidas económicas, o sea, políticas. Pero la primera, la que más duele, la que más les duele es que se los señale, se los nombre, se les ponga cara y nombre y se les desempolve el pasado.
Julián Ercolini llegó como juez del fuero federal junto con Daniel Rafecas, Ariel Lijo y Guillermo Montenegro. Lijo hizo todos los deberes para convertir a Amado Boudou en el enemigo público número uno y Guillermo Montenegro dejó el Partido Judicial para hacer lo suyo desde el PRO. Ercolini es un magistrado lento para algunas causas y Speedy González para otras. Cajonea Papel Prensa pero adquiere una velocidad envidiable para aceptar una denuncia penal contra Martín Sabbatella y, de ese modo, habilitar la clausura del organismo que aplica la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Y Rafecas pareció quedar en la otra punta del péndulo cuando en lugar de hacerse el gil ligó, vinculó, puso en un mismo mosaico, delito económico y crimen de lesa humanidad. “Existen distintos elementos que determinan la conclusión de una clara inescindibilidad entre los hechos de privación ilegal de la libertad que tuvieran por víctimas a una serie de personas vinculadas con la firma Papel Prensa y la eventual comisión de ilícitos referidos con la transferencia presuntamente compulsiva de acciones de esa empresa que se encontraban en propiedad de la familia Graiver”, escribió en su sentencia del 7 de julio de 2010.
Ercolini tampoco necesitó ni 24 horas para sentenciar que no iba a tomarles declaración indagatoria a Herrera de Noble, Magnetto, Mitre, al abogado Juan Gainza Paz y al ex secretario de Desarrollo Industrial de la dictadura Raymundo Pío Podestá. El titular del juzgado 10 sostuvo que no había respaldo legal suficiente para sospechar que hubo irregularidades en la adquisición de la empresa Papel Prensa por parte de los diarios La Nación, Clarín y La Razón a la familia Graiver/ Papaleo.
Papel Prensa no es un caso más. Es un ícono del poderío del poder real que no debe tocarse y que se ubica incluso por encima del poder de los que eligen quién vive y quién muere durante una dictadura. Por eso, desempolvar es peligroso si uno no quiere ganarse enemigos de ese fuste. El relato -en una de las actas de la CAL que aparecieron junto con toda la documentación del edificio Cóndor- del entonces capitán de Navío Alberto D´Agostino, designado por decreto 2414/77 como representante del Estado (de aquel Estado de mano de hierro) en el directorio de Papel Prensa da cuenta de lo que aquí se cuenta. Según consta en ese acta, D´Agostino indicó: “A poco de iniciarse las gestiones, como es de conocimiento de Su Excelencia el señor ministro, se planteó la interpretación del alcance del punto 7 del decreto 2414, al decidir el suscripto con su conocimiento y aprobación asistir a las reuniones de Directorio. Ello motivó que se suspendiera la reunión de ese día para estudiar por ambas partes el problema. Con fecha 30 de agosto se realizó la misma y ante el mantenimiento por parte de los señores Ricardo Peralta Ramos, Bartolomé Mitre y contador Héctor Magnetto, de la posición de no permitirme el acceso a la misma, el suscripto levantó un acta ante escribano público dejando constancia de la situación. Atento a lo expuesto y acorde con las directivas recibidas al respecto, se trasladó este problema a ese Ministerio”. Que se entienda: en pleno 1977, cuando las detenciones seguidas de tortura y desaparición estaban en su pico más elevado; en medio del momento de mayor brutalidad criminal de la dictadura, los representantes de los tres diarios se dan el permiso de impedir al representante de la Junta Militar que participe de una reunión de directorio de una empresa de la cual el Estado es parte.
Al poder político que se mete con eso es al que hay que tutelar y llamar al orden. Dentro de las reglas que ponen los que ganan, no está permitido pasarse de listo.
Esas fuerzas ya se han no sólo reorganizado sino que tienen ahora legitimidad política para decidir desde la Rosada. A eso ni se lo enfrenta ni se le discute con política de salita verde o con denuncismo silvestre. Cabeza, cuerpo, organización y dirigentes a la altura necesita esta nueva etapa que ahora lidera una derecha que no es igual a la tradicional, sino que se sirve de disfraces, oenegeismos, colores y trampas diarias en las cuales puede caer hasta el más avezado.
Lo mío no es ni miedo, ni sobreestimación. Es prudencia, demanda de buenos diagnósticos, mirada amplia, llamado al estudio sesudo y el fin de cierta canchereada, minimización y encierro que lo único que trajo fue tragos de los más amargos.

Programa SF 188 - Jorge Ferraresi - 19 de Diciembre de 2015


Editorial SF del 19 de diciembre de 2015 
por Mariana Moyano

Puedo decir sin repetir y sin soplar todo lo que debería, lo que me haría ganarme los cariños y mimos y aplausos de quienes estén oyendo. Puedo –y algo de eso haré- hacer un listado contundente y noqueador de las barbaridades que han comenzado a hacer los bárbaros que se dicen la civilización.
Puedo decir que así como a los porteños les vendieron que “en todo estás vos”, en el actual gobierno nacional en todo están las corporaciones. Y ya no con gerentes de la política que les cumpla las órdenes, sino con sus propios pichones adherentes y formados por y para ellos, los ahora conocidos como CEO, una sigla que va entre cool y descriptiva de esta nueva derecha no aristocrática que es un toma todo de pragmatismo. Hoy los mega emporios integran el poder político y ya no con emisarios, sino con hombres y nombres propios. He ahí una gran novedad de estos tiempos que se abren.
Puedo subrayar que estamos entrando en la era de la impostura, del “como si”, de las apariencias, de la distracción, de una frivolidad nocivamente oenegeísta, donde la palabra militancia vira hacia voluntario con toda la maquinaria del sentido común a su favor.
Puedo acentuar que así como el kirchnerismo fue (es) un proceso que intentó romper con la lógica cultural hegemónica y que para ello corrió telones, nos mostró el backstage y nos señaló que había un revés en la trama porque politizó lo habitual, puedo ya afirmar que estamos ingresando a un período donde lo que se negará es, precisamente, la existencia de ese revés y hasta de la trama.
Puedo ya darme cuenta que se intenta borrar preguntas para que vuelva a construirse un muro entre cada uno de nosotros, la realidad política, las decisiones gubernamentales y el poder real. Para ello, nos invitan a jugar al gallito ciego pero sin que las manos puedan tantear nada.
Nombran dos jueces para la Corte Suprema de Justicia de la Nación por medio de un decretazo que violenta todo dejo de institucionalidad, pero luego hacen como si hubiesen dado marcha atrás con una resolución cuanto menos contradictoria (oxímoron, me gusta decir a mí) en la que dicen tomar del decreto 222 de Néstor Kirchner, pero en la cual insisten con la vigencia del decreto 83 de Mauricio Macri. O se pasa por el Senado o se nombra en comisión. Ambas medidas juntas son de imposible aplicación. Y confunden, dejan que la gilada respire tranquila y “siga siga” con la decisión inicial. Y entonces nadie se hace la pregunta que va al nudo del avasallamiento de los más mínimos cánones republicanos: ¿Cómo es que una decisión presidencial es anunciada por el portal, o sea la vocería, de la Corte Suprema de Justicia, o para decirlo mejor, del presidente del máximo Tribunal, Ricardo Lorenzetti?
Siderca –que es Techint- despide a 190 trabajadores de su sede de Campana bajo la excusa de que en los últimos 9 meses Tenaris (la dueña de Siderca, que es Techint) perdió 29 millones de dólares. El diario La Nación hace el favorcito argumentativo. “Techint cierra un año ‘difícil’ y reduce inversiones industriales” titulan para lotearnos y bloquearnos el coco. La gobernadora María Eugenia Vidal junto al jefe de Gabinete Marcos Peña anuncia lo que llama “reincorporación”. Pero nos corta dos escenas de la película:
- que el reingreso en realidad no sería tal, sino la contratación por parte de tercerizadas de estos trabajadores, con la consecuente pérdida de derechos, beneficios, antigüedad y vacaciones,
- y que si bien si bien Siderca (que es Tenaris, que es Techint) perdió en los últimos 9 meses 29 millones de dólares, viene de ganar 1141 millones de dólares en 2010, 1701 en 2012, 1574 en 2013 y 1181 en 2014. Es decir, 8352 millones de dólares frente a 29. Y esto sin mencionar que las medidas de anulación de retenciones a las exportaciones industriales más el 40% en la suba del precio del dólar llevan casi la letra T (de Techint) en la autoría intelectual. Y todo esto con una cereza de postre simbólicamente tan poderosa como la última trompada pre nocaut: el secretario de Empleo que deberá llevar adelante las negociaciones de este conflicto laboral se llama Miguel Punte y viene de ser gerente de Recursos Humanos de Techint. Confunden, ocultan, anuncian, la gilada respira tranquila (anestesiada) y “siga siga” con las medidas de despido tomadas inicialmente.
El ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay anuncia, con la complicidad de los que antes morían de ganas por preguntar, el fin del cepo y nos habilita a los 40 millones de argentinos a comprar a la mañana siguiente dos palitos verdes si nos viene en gana. Se siente tan cómodo en la exposición que hasta se hace un rato para cancherear y burlarse del ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. “Fin del cepo: liberaron la compra y venta de dólares”, fue el tema del día y de tapa del diario Clarín. Un título hijo de aquel del 3 de julio “Liberaron a Ingrid Betancourt” y del de marzo de 1976 “Nuevo gobierno, total normalidad”. Claro, nadie con verdadero poder de propalación explica que la devaluación del peso y del salario es de cuanto menos un 27 por ciento. Confunden, ocultan, anuncian, la gilada respira tranquila (anestesiada) y siga siga con las medidas de ajuste que ahora se bautizan “sinceramiento”.
“El presidente Mauricio Macri eligió al abogado Mariano Federici para ocupar la titularidad de la Unidad de Información Financiera. El letrado trabaja actualmente para el Fondo Monetario Internacional (FMI) y está vinculado al estudio de Juan Félix Marteau, a través de la Fundación Finint, uno de los principales litigantes contra la propia UIF. (…) Celeste Plee, la hija del fiscal Raúl Plee, irá al área de fiscalización. La joven abogada pertenece al estudio Marteau y en la actualidad defiende al banco Masventas SA, una de las principales sociedades denunciadas por la UIF. La otra elección de Macri para ocupar la vicepresidencia de la UIF es María Eugenia Talerico, una de las fundadoras de la ONG Será Justicia. Pero ese no es su principal mérito. Talerico es abogada del HSBC en casos de lavado. Según la ley 26.683, cualquiera de los funcionarios que vayan a ocupar un cargo en la UIF”, informó con una capacidad de síntesis asombrosa Sebastián Premici en Página 12. Y el periodista agrega que se trata de “una metáfora del zorro cuidando las gallinas”. Sin ánimo de polemizar con el colega y amigo, creo que hasta se quedó corto con la imagen. A mí se me presenta más como los bombardeos de la OTAN a los edificios de civiles en Siria. Mientras tanto, discutimos sobre si es bueno o no comprar dólares en efectivo y sin declarar. El debate de lavaditos con la entrega del Estado a los genios de las estrategias de lavadores. Confunden, ocultan, blablasean y la gilada ni ve. Y así, siga siga con la entrega.
Y ni que hablar sobre aquello de que “en todo estás vos”, porque ahora en todo está Clarín. Sus hombres están siendo repartidos en todas y cada uno de los estamentos administrativos del espinel estatal. El más escandaloso puede que sea el caso de Carlos Rozenkrantz, rector de la Universidad de San Andrés (de Clarín) y líder de un estudio de abogados entre cuyos clientes figuran Cablevisión (de Clarín), La Nación (diario socio de Clarín) y el grupo Clarín. A ello señalan como el hombre que ideó la adecuación del grupo presentada al AFSCA a través de la cual se dividían para no dividirse. Gatopardismo le dicen a eso en algunas esquinas. Pero aunque el más notorio, no es el único: Jorge Greco es el nuevo Secretario de Comunicaciones de la Nación. Viene de ser vocero de Horacio Rodríguez Larreta y de trabajar… en Clarín. Alejandro Cacetta fue designado al frente del INCAA; es la cabeza de la productora PatagoniK, que pertenece a… Clarín. Luis Blaquier irá “a cuidar” el ANSES, pero viene del directorio de… Clarín. Mientras, la causa nacional del 51% parece ser callar de una vez y para siempre a un programa de televisión y a los periodistas que en él trabajan que nunca ocultaron sus adhesiones, simpatías, cuestionamientos y dudas con el gobierno que se fue. Y así confunden, ocultan y la gilada respira tranquila porque piensa que vivirá mejor si 9 caras se quedan sin laburo.
Puedo seguir enumerando, pero debo detenerme. Porque el problema no está todo afuera. Puedo seguir señalando, pero debo preguntar y preguntarme cómo se hace para que una derrota electoral no se convierta en una derrota política. Y puedo y debo, porque tengo la obligación de proponer, pensar, acercar un diagnóstico de lo ocurrido. Estaba en eso cuando anoche me crucé con un texto del artista Daniel Santoro. No coincido en todo con el texto, pero el escrito me dolió en zonas que necesitaban ser puestas bajo la luz. Porque –y esto es muy personal pero necesito compartirlo- creo que más que ganar Cambiemos, perdió el Frente para la Victoria. No puedo sacarme de la cabeza la frase del intendente Jorge Ferraresi el mismísimo 27 de octubre cuando con una mesura envidiable, la de esos que leen lo que ocurre, me dijo: “nuestro problema van a ser 700 mil votos”. El FPV perdió por 678 mil. Así que si los zonzos quieren hacer de cuenta que no hubo decretazos, que no hubo ajuste, que no hubo devaluación y que las corporaciones coparon al Estado, pues que lo hagan. No cuenten conmigo para ser una gil.
Así que, a preguntar (nos). Sin desangrarse en público, pero con la madurez de quienes saben que hacer política no es armar un club de fans. Y que el texto de Santoro lastime. Y que duela para que con la calma que hace falta, se descarte lo accesorio y se arme el nudo de la reconstrucción, del repensarse para renovarse y, por qué no, volver.
=== === ===
“¿Cómo se resuelve la tensión entre kirchnerismo y peronismo? ¿Cómo se distribuyen entre ambos espacios las inevitables facturas por la derrota? ¿Quién hará la lista de esos torvos reproches que circulan en las conversaciones entre compañeros?
Tiendo a pensar en una distribución equitativa de facturas y así resolver el embrollo con una autocrítica de bajo presupuesto. Pero igualmente las cuentas se acumulan en una entropía imparable, que no distingue militancia ni conducciones. Sospecho que hay un estado de asamblea explosivo y que se está produciendo un vórtice que no augura buenas perspectivas de unidad para el sistema kirchneroperonista.
¿Hay un kirchnerismo metabolizable en el peronismo y otro irreductible al mismo?
¿Sin la presencia dinámica del kirchnerismo que lo tracciona hacia una izquierda moderna, el peronismo termina siendo un simple partido neo-conservador?
¿Es autosuficiente el kirchenrismo para plantearse como una superación del peronismo? ¿Por qué entonces en los últimos días de campaña los compañeros se planteaban con desesperación encontrar formas de hablar directamente al corazón del “pueblo peronista”?
Temo imaginar a una parte de kirchnerismo cerrándose sobre sí mismo y plegando el proyecto en su interior, si esto se produjera me viene la imagen del PI (Partido intransigente), que actuó, al igual que otros partidos de izquierda, como un resto no asimilable en el interior del movimiento.
Es ese conocido progresismo alma bella que permanece a prudente distancia, lejos de las salpicaduras que produce el accionar político del justicialismo. Son restos éxtimos que se extinguen con el correr de las elecciones, quedando al final como pequeños partidos testimoniales de izquierda.
Creo que hay un sistema articulado entre peronismo y kirchnerismo, pero necesita una conducción territorial firme, presente y flexible. Una conducción que retome el viejo oficio de ocupar el centro del dispositivo. Para existir como tal necesitará poner en práctica una convivencia que sólo es posible si se controla cierto rigor “pulsional” expulsivo, que ha maltratado y ofendido a muchos compañeros a lo largo de estos años. En todo dispositivo conviven una diversidad de intereses que el arte de la conducción debería saber administrar.
Más allá del infortunio creo que hubo fallas evidentes en la conducción territorial. Que acabaron en una catastrófica interna en la provincia de Buenos Aires; justo donde había que ser cuidadosos e intervencionistas se dejó actuar a las fuerzas locas del mercadito electoral bonaerense.
Creo que no fue acertada esa consigna que proponía al “proyecto” como candidato, una imposible y aberrante propuesta que acabó construyendo un golem, que como no podría ser de otra manera, se volvió contra nosotros. Se ponderaba un “proyecto” con tan enormes e intangibles cualidades que humillaba a todo candidato que se propusiera asumirlo O ¿no será que alardeamos de un gran proyecto para poder justamente no tener candidato?
Creo que lo que llamamos “el proyecto” es lo que se pudo ir conformando, en una práctica heroica, difícil y muchas veces traumática, un poco a los tumbos (la política ferroviaria, por ejemplo). Es un proyecto que como tal está incompleto, es poroso, lleno de huecos y en permanente reformulación. Por otro lado, nunca estuvo a salvo de esa vieja y odiosa máxima que dice que “la política es el arte de lo posible”. Por lo tanto, todo forzamiento acababa por mostrar los límites del propio proyecto (la reforma de la justicia, por ejemplo). El “ir por todo” terminó lastimando la piel del proyecto y sabemos que el sangrado excita el olfato del adversario.
Para concluir ¿habrá llegado el momento de permitir, en serio, que florezcan mil flores? Ahora por fin fuera de los patios (almácigos) de la casa rosada. Será el momento en que cada militante saque el bastón de mariscal de su mochila, que pueda expresarse con una voz propia y que se plantee una nueva orgánica, abierta y horizontal, que haga sentir el nuevo aporte generacional, sin mudos verticalismos ni exclusiones. Creo que es esa la nueva amalgama histórica que espera el movimiento nacional”. Daniel Santoro, para Tiempo Argentino, 15-12-2015

lunes, 7 de diciembre de 2015

Programa SF 186 - Sergio Morresi - 5 de Diciembre de 2015


A la derecha. 
por Mariana Moyano
Editorial del 5 de diciembre de 2015.

“¿Cómo pudo pasar?” era la forma que muchos le daban al lamento. Se oyó el 23 de noviembre y los días subsiguientes. “¿Pero cómo es que pudo pasar esto?”. “Esto” era que el PRO, Cambiemos, Mauricio Macri se ungiera con la primera magistratura de la Argentina. “Esto”, que parece la formulación de una pregunta, no siempre lo era. Las más de las veces parecía –o al menos así me sonaba a mí- no tanto una interrogación sino una especie de “¿Por qué a mí?”.
Ni es desubicado, ni es un disparate. Es un lamento humano, una primera reacción frente a la sorpresa y el dolor. Pero al igual que las religiones y el psicoanálisis, la política también propone una labor que es ir más allá de la primera reacción visceral. Además de dar vuelta la pregunta y volverla un “¿por qué no a mí?”, es necesario desarmar la duda y volverla interpelación. Así el “¿cómo pudo pasar?” lamentoso y llorón abre la puerta a un más racional –y sano- “bueno, veamos cómo y cuáles fueron las diferentes razones por las cuales esto sucedió”.
Hubo –vi, olí, percibí, sentí, presencié- algo de esto, pero en la mayoría de las oportunidades a la pregunta le seguían o una responsabilización individual de la derrota del Frente para la Victoria, o una culpabilización directa de un hecho, o un desagramiento público, o una catarata de escupidas a todo lo que se tiene cerca, o un señalamiento único –y por ende ya hueco- a los medios de comunicación opositores y poderosos o todo esto junto pero en compartimentos estancos.
Con total franqueza, ese tipo de análisis no me gustan, no me interesan, no me enriquecen. Me dejan quieta –paralizada- en un lugar de comodidad cerebral, de pereza intelectual que me impide dar un paso hacia adelante. Me quedo, con eso, girando en falso, mordiéndome la cola. Por suerte, algo íntimo, interno, me hace huir de ese confort. Tengo el más absoluto y profundo convencimiento de que la reflexión nacida de la literalidad y de la primera persona del singular son las nuevas armas de destrucción masiva del cerebro. Huyamos de esos barrios, entonces.
Y vayamos a visitar lo que aparecía como pregunta pero venía demasiado vestido de lamento y volvámoslo interrogación: ¿cómo pudo pasar? Desarmemos la consulta y convirtámosla en cientos de ítems para hacer un recorrido analítico de la situación.
Propongo una primera hipótesis que me acompaña desde lejos: cuando la diferencia es mínima y se es oficialismo, no tanto gana el otro, como pierde uno. 678 mil y piquito fueron los votos de diferencia a favor de la fórmula amarilla. “El nudo de votos a conquistar va a estar en alrededor de 700mil” dijo para mi sorpresa el mismísimo lunes 26 de octubre un intendente del conurbano que patea su localidad desde que era chiquitito. No me pude sacar la cifra de la cabeza y cuando se confirmó fue un exocet que me dinamitó el bocho. Si se sabía, si algunos lo tenían tan claro ¿por qué otros no oyeron? ¿Qué mecanismo se obturó? Y tiendo a pensar que fue el mismo que se convirtió en regla en la ciudad de Buenos Aires: el no ponerse en serio a intentar conocer a eso nuevo pero viejo, difuso y al mismo tiempo tan evidentemente de derecha que es el PRO. Fiaca, pereza, soberbia, ingenuidad, estereotipación fijada pueden ser algunas de las razones del error. Pero desde las elecciones a jefe de gobierno porteño que me lo pregunto en voz baja y en voz alta con tristeza, rabia y dolor: ¿por qué el libro “Mundo PRO, anatomía de un partido fabricado para ganar”, un recorrido minucioso y lejano a todos los estereotipos y lugares comunes; un trabajo sesudo y minucioso que puso en evidencia los intersticios y modos de construcción de Macri & Co, no fue libro de cabecera, de lectura obligatoria, de todos quienes se embarcaban en la empresa de enfrentar en la política al reinado de las empresas? ¿Cómo fue que la política se entregó a lo conocido en lugar de ir a aprender y permitió que ganaran los gerentes?
El libro se publicó a comienzos de 2015. Hizo un recorrido en paralelo y más humilde que los grandes bestsellers escritos por pura coyuntura y con dichos de ocasión que dominan la escena de las presentaciones mediáticas. Sin embargo, estaba ahí, a disposición de todo aquel que se permitiese bajar de lo supuestamente conocido para internarse en un mundo que no es inascible a quienes tenemos una concepción más tradicional (y con toda franqueza creo que genuina) de la política; a quienes no nos resulta lo mismo una ONG y el voluntariado que los estamentos del Estado; a quienes sabemos que la definición de desinterés ideológico es la más tramposa de las formulaciones ideológicas de la derecha.
Carta Abierta, ese espacio de principios de 2008, en pleno conflicto por la 125, tuvo un gran mérito por aquellos tiempos: pudo con una palabra definir un problema nuevo. Hizo bien esa primera Carta en alejarse de conceptos ya asociados a lo otro conocido. En lugar de recurrir al rígido “golpista”, el grupo encontró la novedad: “destituyente”, dijeron. Y crearon oreja. Se hizo un silencio, se corrió el ruido y la palabra marcó la cancha.
Porque con esta derecha escurridiza, que no tiene pudor en decirse “progresista en los hechos” pasándose por el traste cada año de densidad histórica de los términos más caros a las tradiciones, no se enfrentaba –no se la enfrenta- con lo endurecido que a veces hasta callosidades tiene. Se le hace partido desde el rigor, la inflexibilidad, la exactitud y la rigurosidad pero sin nada anquilosado, sin nada a lo que sea imposible sacarle el olor a humedad. Es con el pasado a cuestas, todo enterito, pero pensado desde hoy.
Me pasa a menudo desde que soy jovencita. Como no soy creyente, no tengo biblia a la que recurrir para calmar el espíritu, así que busco sus libros o cuando vivía lo buscaba a él. Lo busco a Nicolás Casullo. Y le pregunto. Estos días hice eso y, como siempre, me contestó. Lo hizo desde el capítulo dedicado a “las nuevas derechas” de su magnífico “Las cuestiones”. Allí en “Las Derechas”, el magnífico profe nos explica: “El mercado global massmediático va instalando la idea de que su lógica no contiene derechas ni izquierdas, ni contenido sustancial. Es sólo una cuadrícula de oferta, donde los casilleros formalizan oferta y demanda de manera intercambiable como los denominadores comunes dinero, inversión, bono crédito. La política devino una equivalencia administrativa, un juego de alternancias inocuas, una institucionalidad de gestión carente de historia social”.
En 2007 lo escribió. Y en 2015 ya se sabe que los Alfonso Prat Gay, que le cuenta por teléfono al Secretario del Tesoro de los Estados Unidos antes de asumir y antes que a los millones de argentinos, qué hará con la Economía; que a cargo de todos los canales de Educ.ar (Paka Paka, Encuentro, DeporTV, y demás) quedará un cancherísimo joven analista de mercado llamado Guillermo Fretes que viene del mundo de Mobile y de Despegar.com; que quieren de prepo meter en la AFSCA a Miguel De Godoy, el encargado de la pauta en la ciudad, que está imputado por las facturas truchas de Fernando Niembro; que YPF es para uno de Shell, Aerolíneas para una de General Motors, que Agricultura se lo queda CRA y así… Que el que está tan preocupado por el lugar de entrega de los atributos de mando no fue a recibir su diploma de jefe de Gobierno electo porque se le hacía tarde para llegar a la fiesta de Gente, y que un Braun (de los Braun Menéndez y los Menéndez Behety) nos va a regir el Comercio y que el que descuartizó el Instituto de la Vivienda de CABA va a quedar a cargo de ANSES (lo que es lo mismo que decir jubilaciones, aumentos, AUH y PRoCrear) y que mientras se preparan para asumir en la Nación en una sesión de más de 90 proyectos (que a nadie le pareció escandalosa esta vez) le recortaron al hospital Garrahan un 20% de su presupuesto, 348 millones de pesos… porque hasta con los pibes con cáncer se pueden meter sin que pareciera que pasa algo.
Así son estas nuevas derechas que no se asumen que lo son. “¡Cómo van a decir que somos de derecha si somos democráticos”, les aulló un dirigente PRO a Gabriel Vommaro.
Sumemos que no hubo un solo gesto público de satisfacción sobre la aparición del nieto 119 y el reencuentro nada menos que con su madre; el cerebro de las relaciones internacionales de PRO, Diego Guelar, fue embajador de Carlos Menem y anda por ahí hablando del perdón y la necesidad de amnistía; el Presidente electo les dijo “curro” a los Derechos Humanos y el diario LA Nación se envalentonó para pedir el fin de los juicios a horitas no más de conocido el triunfo de Macri.
Eso nos va a gobernar desde esta semana. Esa derecha, la que une posmodernidad, cinismo, radicales, peronistas, dinosaurios, voluntarios, globos, colores, marketing, distracción, espectáculo, frivolidad. La que deja linda la vereda mientras en la piecita del fondo remata la casa completa.
Discutirla sólo desde lo conocido, nos hará atrasar. Se la enfrenta conociendo cómo es ese monstruo de varias cabezas que llega al gobierno con legitimidad, de modo democrático, sin la más mínima discusión sobre su legalidad y con la mitad más uno a su favor. Nos toca un cambio de rol, pero también de perspectiva y de abordaje.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Programa SF 185 - Arnaldo Bocco y Emilce Moler - 28 de Noviembre de 2015

De la poesía urgente y del prontuario. 
por Mariana Moyano
Editorial del 28 de noviembre de 2015

Tenía elaborada una extensa columna sobre el gabinete que asumirá con Mauricio Macri este próximo 10 de diciembre. Sobre el curriculum, itinerario, trayectoria o prontuario –según el caso- de la mayoría de quienes serán la primera línea del próximo presidente PRO.
Tenía escrito un texto en que daba cuenta de los pasados empresariales de los futuros ministros y cómo en Pegasus, General Motors, Shell, Arcor, JP Morgan, Hewlett Packard, LAN, Confederaciones Rurales Argentinas, Sociedad Rural e IBM se formaron para ser y hacer lo que son y hacen hoy, y lo que harán al mando de la Argentina que viene.
Tenía pensado meterme en el detalle de las 843 causas judiciales, los 9 procesamientos que acumula el gabinete post 10/12 y en las 214 causas y el procesamiento firme del presidente electo.
Estaba en mis planes detallar:
Que el futuro titular de Energía, Juan Aranguren, fue CEO de Shell y que lo ponen a él a decidir sobre YPF.
Que Alfonso Prat Gay, el que se sentará en Economía, fue el manejador de los millones de Amalia Lacroze de Fortabat, que prestó el mismo servicio al grupo Supervielle y que la titular de este emporio aparece en el listado de las 4040 cuentas ilegales de argentinos, con u$s 19,6 millones en Suiza, sin registrarlos previamente en la Argentina.
Que Carolina Stanley –la futura reemplazante de Alicia Kirchner- es hija de Guillermo, quien fuera presidente del Citibank y uno de los principales accionistas del fondo de inversión DyG. Es dueño -así que ella también- de Havanna y Fenoglio, entre otras decenas de inversiones que incluyen la llegada a la Argentina de Pizza Hut, Wendy’s y Kentucky Fried Chicken.
Que ella no suspendió sus vacaciones de fin de semana largo cuando el tornado de 2012 y que nunca pareció importarle la ley 1770 que desde 2005 obliga a la ciudad a urbanizar varios sitios porteños y que hace apenas un par de años a unas familias que ocupaban un predio, una funcionaria suya, Marina Klemensiewicz, les dijo sencillamente “intrusos” y los vinculó livianamente con el narcotráfico.
Que Francisco Cabrera, el jefe de la Fundación Pensar, viene de ocupar asientos importantes en el HSBC (la canaleta por la que se fueron los millones que manejó Prat Gay), el Grupo Roberts, los diarios La Nación, Los Andes y La Voz del Interior y Máxima AFJP, un fondo de jubilaciones y pensiones que en los noventas no escatimó en regalar durante un almuerzo una poco accesible –en ese entonces- notebook a cada uno de los periodistas que cubrían el traspaso de los fondos del reparto a la patria privatizada.
Que Patricia Bullrich, la llamadora compulsiva de Alberto Nisman, es la misma ex Fernando De la Rúa´s team que arrancó a docentes y jubilados el famoso 13% de sus haberes.
Que el otro Bullrich del futuro gabinete, Esteban, es el de las aulas container.
Que la nueva canciller, Susana Malcorra, es una señora muy importante de las Naciones Unidas, pero que también fue quien en 2001, mientras era gerenta general de Telecom y –a tono con su ahora colega en el futuro gabinete- también recortó un 10% de los sueldos de los trabajadores telefónicos y que no le tembló el pulso para, en el conflicto originado por estas podas a los salarios, cesantear a 413 laburantes.
Por aquellos días, el secretario general del FOETRA porteño, Osvaldo Iadarola había dicho que "Telecom aprovecha la recesión, no es una pyme y a pesar de la crisis sigue dando ganancias: entre 1993 y 2000, Telecom ganó 37.277 millones de pesos y sólo en 2001 obtuvo ganancias por 352 millones".
Vaya ciclos históricos los de la Argentina y vaya botones de muestra que nos va dejando el recorrido de nuestro país: casi en el mismo momento en que Macri anunciaba el nombramiento de esta dura pro patronal de Telecom en pleno 2001, el hasta dentro de poco oficialista bloque del Frente para la Victoria, con algunos aliados circunstanciales, le daba sanción a una ley que permite, justamente, que los trabajadores telefónicos participen de las ganancias de las empresas. “Cambio es el nombre del futuro”, había dicho Néstor Kirchner. Macri parece llegar para cambiar lo cambiado.
Estaba en mis planes contar:
Que Ricardo Buryaile, el futuro titular de Agricultura, tiene en su haber aquel famoso “si no se discuten las retenciones deberíamos cerrar el Congreso”, durante la dura batalla por la 125 y el salario como diputado embargado por expediente 659 del juzgado en lo civil y comercial N° 1 de la primera circunscripción judicial de la provincia de Formosa.
Que quien reemplazará a Teresa Parodi fue un decisor de Planeta y Random House y lo hicieron partir de esta última editorial en términos no muy amigables luego de que él se comportara a lo Charly García en un hotel del exterior, aunque sin el aguante y la creatividad del músico. Y que entre otros de sus talentos se encuentra el haber escrito en su cuenta de twitter que: su golpe preferido fue el de 1955, que Juan Cabandié es un legado de daño que le dejaron a la Argentina los militares y que la dictadura es algo irrelevante.
Que el referente en salud y nutrición del presidente electo, el dinosaurio llamado Abel Albino, dijo esta semana que “el preservativo no sirve para prevenir el SIDA”.
Que periodistas de la talla de Alfredo Leuco y Fernando Bravo sostuvieron ante micrófonos que había que aplicar la “política” y el “sentido común” y no la ley, y desde sus criterios remover a Martín Sabbatella de la AFSCA y a Tristán Bauer de Radio y Televisión Argentina, aunque sus mandatos venzan recién en dos años, y a la Procuradora Alejandra Gils Carbó, aunque desplazarla sea inconstitucional.
Que la Corte Suprema de Justicia de la Nación decidió declarar inconstitucional la “detracción del 15 por ciento de la masa de impuestos coparticipables que realiza el Estado nacional desde 1992 para financiar a la Anses. El máximo Tribunal ordenó a las partes involucradas a convenir, dentro de los próximos 120 días, la forma y los plazos para reintegrar a Santa Fe, San Luis y Córdoba la suma retenida entre 2006 y 2015 más los intereses correspondientes y que de acuerdo a datos preliminares del Palacio de Hacienda los tres casos acumularían una ‘deuda’ por más de 90 mil millones de pesos, un monto que enciende señales de alarma para la sustentabilidad del sistema de la seguridad social, ya que uno de cada seis pesos con los que cuenta la Anses para su operatoria, desde el pago de jubilaciones hasta la cancelación de las sentencias judiciales, provienen de los impuestos coparticipables” y que esta decisión “impactaría, en el mediano plazo, sobre la movilidad de los haberes jubilatorios, ya que una parte de la fórmula utilizada depende de la evolución de los próximamente menguados recursos tributarios del sistema”. (Datos de Nota Página 12 del miércoles 25 de noviembre)
Que a menos de 24 horas del 51% de Macri, el diario La Nación, la vocería de los implicados en crímenes de lesa humanidad, puso sobre la mesa su pliego de condiciones para que no se avance sobre la autoría civil de los crímenes, a través de un editorial en el cual, en quinta y a toda velocidad, pidieron que se terminen los juicios y que los acusados mayores cumplan las condenas en sus hogares.
Una ráfaga de aire fresco, que incluyó la reacción popular, política, de personalidades de fuste y hasta de los propios trabajadores de La Nación detuvo (por ahora) el olor nauseabundo que venía junto al pedido. Y como casualidad pertinente, la Justicia de Bahía Blanca condenó en el momento preciso y en el lugar exacto a prisión perpetua a 18 ex integrantes de la Armada y a entre 8 y 18 años a otros cuatro miembros de esa fuerza por, precisamente, crímenes de lesa humanidad y decidió, además, que La Nueva Provincia -otro diario actor diario en la creación de escena para que la muerte pasara desapercibida luego del golpe- publique en sus páginas la sentencia completa.
Tenía escrito de todo. Pero a mitad de semana un texto del dramaturgo, director teatral y docente Alejandro Robino llegó a mis ojos, me sensibilizó el cuerpo y ocupó gran espacio en corazón y cabeza. Así que hice a un costado todo lo que tenía elaborado y me quedé con su texto. Porque –me dije- aún no pasó ni una semana y no hay que aventurarse torpemente, sino prepararse muy bien para lo que viene.
Así que me tomé en serio sus “INSTRUCCIONES PARA CAPEAR EL MAL TIEMPO” y decidí hacer propio su relato:
“En primer lugar –nos recomienda-, no se desespere y en caso de zafarrancho no siga las reglas que el huracán querrá imponerle. Refúgiese en la casa y asegure los postigos una vez que todos los suyos estén a salvo.
Comparta el mate y la charla con los compañeros, los besos furtivos y las noches clandestinas, con quien le asegure ternura.
No deje que la estupidez se imponga. Defiéndase. A la estética, ética.
Esté siempre atento. No les bastará empobrecerlo y lo querrán someter con su propia tristeza.
Ríase estentóreamente. Mófese: la derecha está mal cogida.
Será imprescindible cenar juntos cada día hasta que la tormenta pase.
Son cosas simples, sencillas, pero no por ello, menos eficaces.
Diga hacia el costado buen día, por favor y gracias. Y la concha de tu madre cuando lo soliciten desde arriba. Tírele con lo que tenga, pero nunca solo. Ellos saben cómo emboscarlo en la desprevenida soledad de una tarde.
Recuerde que los artistas serán siempre nuestros. Y el olvido será feroz con la comparsa de i
mpostores que los acompaña.
Todo va a estar bien si me hace caso. Sobreviviremos nuevamente, estamos curtidos. Cuidemos a los pibes que querrán podarlos.
Sólo es menester bien pertrecharse y no escatimarnos amabilidades.
Deberemos dejar a mano los poemas indispensables, el vino tinto y la guitarra.
Sonreírles a nuestros viejos como vacuna contra la angustia diaria.
Ser piadosos con los amigos. No confundir a los ingenuos con los traidores.
Y aún con éstos, tener el perdón fácil para cuando vuelvan con las ilusiones forreadas.
Aquí nadie sobra. Y eso sí, ser perseverantes y tenaces, escribir religiosamente todos los días, todas las tardes, todas las noches.
Aún sostenidos en terquedades si la fe se desmorona. En eso, no habrá tregua para nadie.
La poesía les duele a estos hijos de puta.

martes, 3 de noviembre de 2015

Programa SF 181 - Luis Alberto Quevedo y Eduardo Rinesi - 31 de Octubre de 2015

Se entreabrieron tres puertas. 
por Mariana Moyano
Editorial SF del 31 de octubre de 2015

Se entreabrieron tres puertas. La más cercana, la primera, con la piel aún rosada del cachetazo, la que quedaba a más corta distancia de la calentura y la sorpresa, era la del enojo. La furia con los votantes. Y la caída abrupta en ese doble discurso facilón de que cuando alguien vota como a mí me gusta es el pueblo que gana conciencia y puede contra la industria de captura de mentes; y cuando no, estoy rodeada de un ejército de miles de hijos de puta sin memoria que compran lo que dicen los medios y ya. Siempre me consideré un poquito más inteligente que eso, así que ahí no me sentí muy cómoda.
La otra puerta que se me presentaba era una igual de sencilla pero que da porte de intelectual: quedarme quieta y analizar y meta analizar los por qué de un triunfo no más holgado. Señalar quiénes no habían hecho qué cosa, buscar responsables individuales, nombre propios, sectores, acciones específicas, convalidar algunos de mis pronósticos y mantenerme ahí, en el rol de comentarista de la política y con el diario del lunes masturbarme en él habríaqueismo (despreciable siempre) pero en este caso señalando hacia el pasado. Es decir potenciales brillantes miradas pero bien al pedo porque lo ocurrido, hecho está.
Había una tercera entrada, una puerta apenas entreabierta. Más lejana y con una luz todavía no muy potente: la del futuro, el cerebro en plena potencia y la acción. O sea, la de la política en cuerpo. La praxis en el sentido más gramsciano posible.
Costó llegar ahí, pero me impuse la ceremonia del protocolo institucional de la Nación. Tres días de duelo y bandera a media asta y arrancar. ¿Como una estúpida tipo yegua criada para correr sólo hacia adelante y en velocidad con las anteojeras que me impiden ver hacia los costados? No soy tan tonta. Y además, prefiero los equinos de polo. Corren como los dioses, son rayos en velocidad, pero han sido enseñados a tomar nota de los movimientos sutiles: apenas un poco más de peso en un estribo y doblan hacia ese lado; un cambio de peso del cuerpo del jinete, y giro hacia el otro. Son veloces y brillantes, pero comprenden los movimientos ligeros, suaves, de gran avance y si es necesario leve retroceso. Son básicamente astutos. Y acá no hay que ser matungo sino caballo (o en este caso yegua) bien enseñada.
La acción por la acción misma no nos lleva muy lejos. Uno se siente en movimiento pero también se cansa pronto porque no ve resultados. Un manto de la misma sensación cayó sobre millones, parece. Y de pronto, en esa especie de “de la nada” (que nunca es, porque si algo tienen los acontecimientos construidos por sujetos sociales es historicidad) comenzaron a llegar, a llover, convocatorias, invitaciones, motivaciones, agrupamientos que le pasaron por arriba y sorprendieron como pocas veces a los más experimentados dirigentes, intendentes y funcionarios. Almitas, pequeños fuegos, individuos que no quisieron ni saberse solos ni dar un paso en falso hacia el infierno del pasado cercano y comenzaron a construir.
Y que una gráfica de Zamba con Mickey como nuevo director de programación de Encuentro si se viene el PRO, y que un investigador del Conicet que pegó en la puerta de su departamento del 5° “A” una fotocopia con las tarifas que proponía para lavar los platos en caso de un triunfo de Mauricio Macri en la segunda vuelta, y que el logo de Fútbol para todos vuelto Fútbol para pocos, y que Zamba con pelo amarillo y bigotito Micky Vainilla, y que YPF pero con el isotipo de Shell y que la cuñada de Marcelo Tinelli asustada reenviando un texto para los desmemoriados, y que un plenario el sábado en la Facultad de Periodismo de La Plata convocado inicialmente por las –así autodenominadas- “mujeres que no votamos a Macri” y terminó en un multitudinario encuentro y que Parque Centenario con una convocatoria de artistas, y que en Lanús calles cortadas en un improvisado plenario que finalizó con la consigna “Por qué no Macri”, y que Florencio Varela en Calchaquí al 6200 docentes de la Universidad Nacional Arturo Jauretche se convocan para defender el proyecto nacional y popular, y que H.I.J.O.S. Provincia estaba armando un comunicado y que en Rosario se reunieron en La Toma, un ex hiper mercado que quedó en manos de sus empleados luego de la debacle neoliberal, y que en una esquina de un barrio un automovilista se cruza con una cartulina hecha a mano y marcador escolar con la leyenda “a los 90 no volvemos, Scioli 2015” y que el Facebook de Daniel “Semilla” Bucciarelli, el gran bajista y guitarrista y artista plástico que fue parte de los Redondos desde 1982 hasta la separación del grupo, con su “no lo haga o estamos perdidos. No soy K pero tampoco soy idiota” y el del ex Bersuit Gustavo Cordera con su “le voy a dar valor a mi miedo y voy a votar a Scioli” y que las voces de Néstor Kirchner hablándonos desde el más allá sobre “Daniel” y la de Mordisquito mostrándonos qué es lo que va a suceder el 22 y esas consignas que nacen cuando se está con la neurona atenta: “Tu voto vale por DOS” (en ese juego del número y las iniciales del nombre del candidato del Frente para la Victoria) y una foto que recorre las redes con un obrero con casco azul y una cartel hecho sobre un cartón y con marcador negro “Porque quiero conservar mi trabajo yo voto Scioli-Zannini”, y que llamados y mensajes de Whatsapp desde las 8 de la mañana hasta bien entrada la madrugada en los últimos 5 días de gente a la que solemos llamar “suelta” o amigos periodistas no militantes y muy críticos de mi rol, pero preocupados, y ofreciéndose a poner manos y cabeza a una prudente distancia de su cinismo ya casi crónico, y que una tarde entera en Tecnópolis en la que escuché las más variadas versiones de encuentros y militancia sui generis y que “¿me puedo sacar una foto con vos?” y yo que “sí, claro, pero siempre y cuando me prometas que vas a convencer a uno para el ballotage”, y que los papás de los compañeros de escuela de mi hija poniendo lo que no tienen de tiempo para detener la ola amarilla, y que los científicos en Bariloche van a hacer una marcha con platos y tablas de lavar.
Y que una de las organizadoras de la marcha de ‪#‎Ni‬ Una Menos que me escribe “mis amigas troscas van a votar a Scioli, saben que no es lo mismo, no comen vidrio”, y que la nota de Agostina Bianchini, una votante de Altamira primero y de Del Caño después pero que decidió pensarlo así: “en poco más de veinte días, tengo que ir a votar de nuevo.Si no está mi candidato original ni el ´suplente’, ¿tengo que votar por A o por B? No, podría impugnar mi voto, votar en blanco, no ir a votar. Pero, ante la duda, decidí recolectar motivos para SÍ votar a Macri o SÍ votar a Scioli. ¿Por qué? Porque para no elegirlos como Presidente de mi país tengo una pila de razones. Para ambos. Entonces, me senté a escuchar qué tenían de bueno para decirme de uno o el otro sin ensuciar al que está sentado del otro lado.Y, para mi sorpresa, encontré cosas. Para votar a Scioli me dieron los siguientes motivos: Es el candidato “federal", el único que firmó actas compromiso en todas las provincias; tiene un plan económico cuyo pilar fundamental es la preservación de los puestos de trabajo y el salario de los trabajadores, atacando problemáticas directas como IVA y ganancias; es el candidato de la integración regional y viene conversando con los líderes de la región para construir un verdadero espacio de comercio regional que permita el desarrollo en precios competitivos; propone la ampliación de inversiones en el sector industrial: en la provincia de Buenos Aires se triplicaron los parques industriales y su idea es replicar esa política en todo el país; probó con ProCreAr y con el Banco Provincia el compromiso con la vivienda y el desarrollo de las Pymes para el valor agregado; plantea subir la inversión en Ciencia y Tecnología al 1% del PBI (hoy es el 0,7%). Además de una readecuación de la inversión que ya se hace en educación (hoy es el 6% del PBI). Con la AUH se llegó a la plena inserción escolar y ahora se apunta a la mejora de la calidad educativa; va a trasladar la política de los UPAs a nivel federal acercando la resolución de problemas del 95% de las cuestiones de salud y tiene planeada una plataforma sustentable de transporte a nivel nacional que integre la Argentina y genere nuevos polos productivos y habitacionales como sucedió en la provincia de Buenos Aires. Para votarlo a Macri, por otro lado, me dieron una sola razón: Tiene ojos claros y no es un chiste”.
Y que Scioli mañana en Parque Pereyra, el lunes en Lomas, el martes en Merlo y así cada día por Ituzaingo, Moreno, Morón, 3 de Febrero, Tigre, Quilmes, Lanús, La Matanza y los bosques de Ezeiza hasta el domingo 15 y ese “Mirala a los ojos a tu vieja y a las amigas de ella, que están jubiladas o por jubilarse.Conversa con tu amigo que labura en una fábrica o un comercio y tiene aumento de sueldo dos veces por año. Acercate a ese compañero de la secundaria al que le fue bien y tiene una empresita. Caminá por tu barrio y charlá con esa maestra, con ese portero de escuela o enfermero de un hospital que aunque se queje con razón de muchas cosas, está mejor que hace diez años. Embarrate y andá al barrio popular más cercano que tengas y averiguá cuantos pibes cobran la AUH o el PROGRESAR y preguntale a los vecinos si sus casas siempre fueron de ladrillos. Date una vuelta por las nuevas Universidades del conurbano e indagá sobre cuántos de los estudiantes tienen padres profesionales y cuántos son hijos de laburantes. Llamá por teléfono a ese amigo de la primariaque se dedicó a estudiar y hoy es investigador en el CONICET, ARSAT o en una empresa. Andate hasta el pub o el boliche de tu pueblo y pedile que te cuente al músico que esté tocando si pudo grabar un demo o hasta el primer disco con su música. Contactate con tu primo que tuvo suerte y se está haciendo la casita con el PROCREAR.
Escribile un mensaje a tu viejo, o a ese tío fanático del fútbol, y pedile que te cuente cuánto se ahorra de cable y de bares pudiendo mirar el partido desde casa y gratis. Sentate con tus hijos, abrazalos bien fuerte, y miren juntos un capítulo de Zamba en PakaPaka. Después de hacer todo eso, pediles disculpas a todos por las próximas mañanas, tardes y noches de ausencia. Y explicales que en las próximas semanas vas a verlos poco, porque te vas a dedicar noche y día a defender todo lo que conquistamos estos años y que está en riesgo. Es más, invitalos a que te acompañen a tocar timbre, a repartir un volante o poner una mesa en una esquina. Porque es importante que entiendan que cuando decimos que "la Patria es el otro", estamos hablando de ellos. Y que si bien vamos a dejar el cuero en la pelea en nombre de Néstor y de Cristina, estamos dejando el cuero también por ellos y porque este país no retroceda quince años y que nos va la vida en esto y que hay que militar, convencer y enamorar”. Este texto que primero fue eso y ya es una voz que recorre las redes digitales y también las interpersonales.
Porque no soy una nena y vi. Vi bastante pero nunca este movimiento tan de abajo hacia arriba que crece tan desde el pie hasta hacerme estallar la cabeza de orgullo de los miles que entienden lo que está en riesgo.
Y tuve que pensar en mí. En mi vieja y su marido víctimas de los retiros voluntarios e imposibilitados de jubilarse y de lo difícil que era en los noventas arrancarles una sonrisa a esta pareja joven, pero arruinada anímicamente, porque les decían que el problema de quedarse sin trabajo era de ellos y no de un modelo que los expulsaba. Y de mi hermana que estudiaba Sociología y que vivía como podía de telemarketer en negro y que paró la olla de la familia completa por un tiempo largo. Y de mi mamá vendiendo ositos de peluche hechos por ella y de mis dos años de desocupación y que hice ropa y viví de mi miserable salario como docente de la universidad y que hacía todo a pata para ahorrar en el bondi y de cómo en 2000 y 2001 hicimos una biblioteca itinerante en el aula porque los pibes no podían pagar los libros que pedíamos en la materia, pero que, sabíamos, no podíamos expulsarlos de lo único que tenían que era la universidad pública. Y tuve miedo. Y tengo miedo. Pero ahora es un miedo en red, un miedo que no se rinde, uno que no paraliza, uno que no se resigna. Es una ola humana en movimiento que como ya dice el slogan de la nueva campaña del FPV en un afiche con fondo de flores y colores: “que florezcan mil campañas”.
Y que florezcan porque aún no ganaron y porque los que ganaron y aún no asumieron ya dan terror: Martiniano Molina ya anunció que va a privatizar el servicio de recolección de basura estatizado por Francisco Barba Gutiérrez durante su gestión como intendente de Quilmes.
El director de Ciencias y Tecnología de la Ciudad de Buenos Aires, Carlos Melo, brindó una entrevista a la agencia de noticias de ciencia y tecnología de la Universidad Nacional de San Martín (Buenos Aires) y allí sostuvo que su idea de ciencias es que "El que trabaja mejor tiene que tener mejor evaluación en su carrera de investigador y mejor salario. ¿Publicaste en Science? Tenés 30 % más de salario. ¿No publicaste en Science? Mala suerte, es la vida. Y que “Hay que evitar tanta dispersión: hoy se pone dinero en demasiados proyectos, es como tirar para todos lados para que una te salga. No tenemos dinero para eso, hay que ser cuidadosos y elegir mejor".
El PRO adelantó en el coloquio de IDEA de hace apenas días que vendería las acciones de empresas que posee la Anses. Francisco Cabrera, ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad, fue en representación del PRO y propuso que una de las vías alternativas para limitar la injerencia del Gobierno en los directorios de las empresas sería vender las acciones que están en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES. El proyecto todavía no tomó una forma definitiva, pero es una de las ideas que ha debatido el equipo económico del think tank Fundación Pensar, que dirige Cabrera, como parte del programa del PRO, dado que el macrismo siempre se ha mostrado muy crítico del uso que hizo el Gobierno de los directores estatales en empresas públicas. Así lo explica una nota. Y no una de un temeroso periódico bolche sino una del temerario diario La Nación.
Y explica hoy David Cufré en Página 12 que “Macri ya dio muestras de su firmeza para ajustar tarifas cuando la Ciudad aceptó el traspaso del subte. El primer aumento fue del 127 por ciento en 2012, de 1,10 peso a 2,50. El segundo en 2013, del 40 por ciento, hasta 3,50 pesos, y el último en 2014, del 29 por ciento, hasta los actuales 4,50. Un salto del 309 por ciento en tres años, mucho más que cualquier estimación de la inflación en el período. En el transporte de colectivos, el boleto mínimo treparía de 3 pesos a 10 sin subsidios. Quien realiza 60 viajes al mes gasta 180 pesos con la tarifa actual, contra 600 pesos que debería afrontar a valores de mercado. Con 100 viajes al mes, el costo pasaría de 300 pesos a 1000. Para el salario mínimo de enero de 2016, de 6060 pesos, la incidencia saltaría del 3 por ciento al 10 con 60 viajes, y del 5 por ciento al 16,5 con 100 viajes”.
Y me da miedo. Y se burlan algunos de este miedo. Porque creen que está vinculado con que temo dejar de trabajar en los medios públicos y ganar esos supuestos suculentísimos salarios. Quizás sean cortos, quizás no les pasó, quizás se hayan olvidado. Y tal vez por eso no entiendan que yo no me he enriquecido porque bien lejos estamos de tener como ingresos las 90 lucas que canallescamente instalaron como verdad, que no tengo casa propia, que no tengo auto y que no defiendo un proyecto político porque me pagan. Lo hago porque esta década me dio lo más importante: me devolvió la política, la autoestima, me permitió constatar que no estaba loca, que eso que decía en las aulas era un debate más que necesario, urgente de mi país, le reparó el gesto a mi familia y amigos y todos ellos volvieron a sonreír, le permitió a mi vieja llegar a casa con un regalito para su nieta y lo más importante: me generó las ganas de traer a mi hija a este país porque es un lugar amable en el que reír y abrazarse.
Ayer nos enteramos en el propio predio de Tecnópolis que ese mega emprendimiento abierto, gratuito, de posible picnic y sin cartelones de marcas de la dominación colonial iba a seguir abierto un mes más.
Y mientras el sol hacía fuerza por salir y le ganaba a las nubes, nos sentamos con amigos y nuestros hijos a disfrutar el show de Zamba. Y vimos a Juana Azurduy, a Belgrano, a los granaderos sacar de este suelo a los que no querían que fuésemos soberanos. Y vimos a San Martín levantando su sable curvo triunfante gritar “seamos libres”. Y oímos como miles de pibes de cientos de escuelas argentinas junto a nuestros hijos le respondían a la figura del libertador que sí, que fuéramos libres y que lo demás, lo demás “no importa nada”.

viernes, 30 de octubre de 2015

Programa SF 180 - Dolores Solá - 24 de Octubre de 2015

Termocefalia y chicana.
por Mariana Moyano
Editorial SF del 24 de octubre de 2015

La termocefalia puede aparecer desde el rinconcito menos pensado. No distingue clases sociales, etnia ni religión. Porque cabeza de termo puede ser cualquiera. “Eso no es rock” dijeron tantos millones de giles al referirse a la magia hecha música de Gustavo Cerati mientras pensaban que cualquier bobo que sacara un poco más la lengua aunque no supiera arrancarle ni dos notas a una viola era un verdadero Guitar Heroe (como le decía Luca a Ricardo Mollo). “A La Chicana le falta tango” han dicho tantos cuadrados y con esa costumbre de tener bien loteadito el pensamiento le ponían fronteras a uno de los géneros más populares de la Argentina.

Los especialistas en levantar murallas y cavar fosos -como les decía Eduardo Galeano a quienes trituraban el espíritu de Rodolfo Walsh para encajarle UN mote en lugar de intentar asomarse a toda su completitud y complejidad- construyeron grietas (ellos, sí) en lugar de crear puentes.

“Luca not dead” gritaban las paredes en aquel fin de año de 1987 cuando Luca Prodan se fue. Y ese genuino acto de dolor popular fue convertido –hasta con algunos intentos más comerciales que artísticos, me animo- tiempo después en una división entre los “del verdadero aguante” y los “putos del pop”. Claro, nadie o pocos sabían que fue el mismísimo Federico Moura que le encajó flor de trompazo en la nariz al alma de Sumo, cuando en un show (esos bien ochentosos en los que todas las bandas tocaban en un mismo recital) él presentó a la banda que los sucedía como: “y ahora vienen esos putos de Virus”. En el cruce, el genial Federico lo puso de una trompada. A lo macho arregló las cosas ese flaco que parecía levitar sobre el escenario.

Y como Luca se había muerto y el dolor era insoportable. Y como en el desierto de los noventas la política le daba la espalda a los pibes. Y como todo era irresistible, el refugio de dos generaciones fue el rock. Pero a fuerza de tanto suplemento Sí y de construcción de sentido común loteado, esquemático, cuadradito, en cajitas que encastraran a gusto de la industria, había que aguantar la muerte de uno pidiendo el deceso de otro. Entonces “Luca no se murió. Que se muera Cerati, la puta madre que los parió”.

Ya eso no se cantaba en los recitales de Sumo. Porque ya no había Sumo. Pero había Las Pelotas y había Divididos y había Redondos. Así que ahí, ahí se descargaba toda la bronca, toda, a veces más contra el alma de Soda Stereo que contra la cana. Porque los noventas estaban ahí para eso: para atomizarnos, para dividirnos, para agrietarnos, para agrisarnos, para achatarnos. Pero no a los gritos en una discusión callejera. No. En silencio, despacito, sutilmente y sin alharaca; como se arman las verdaderas y poderosas estructuras de pensamiento de las sociedades, o sea, la cultura.

Eran los tiempos en que La Marylin se fue pa’ la U.C.D, cuando se había comido la película de veras. Cuando vivía allá en un derpa, en la avenida Alvear. A la Marylin, como a tantos, no se le podía hablar de las cuestiones sociales. Ella andaba por Recoleta sólo con gente bien y como les pasa a tantos aún ahora, a los cabezas no nos podía ver”.

Pero, por suerte, hay y siempre hubo un ejército (a veces en alza, a veces con muchas bajas, a veces más grande, a veces más pequeño, a veces más poderoso, a veces más solitario) que se niega a ese “pensamiento burgués que fractura lo que toca”, como dice Galeano y que supo chicanear, o sea, enredar un pleito abusando de las formalidades de procedimiento. Tirar de la cuerda, decimos en casa; extender los límites, comentamos en política; ampliar los horizontes, mencionamos para sonar más artísticos y cuando la charla ya va por el segundo o tercer tinto.

“El grupo ‘La Chicana’ fue fundado a fines de 1995 por Dolores Solá, Acho Estol y Juan Valverde con la intención de interpretar música de tango destacando su espíritu transgresor. El grupo mostró desde sus comienzos una especial predilección por los ritmos canyengues y el melodrama irónico de los comienzos del tango, elementos tan perdidos en posteriores estilos comúnmente aceptados como más serios. Creen firmemente que la esencia del tango se encuentra en el espíritu de rebelión y espontaneidad de las primeras décadas del siglo, lo cual lo aproxima en concepto más al rock actual que a las formas orquestales o jazzeras, académicas en suma, que lo popularizaron en el mundo desde la década del '40”, comenta la formal bio de la página web de este grupo, uno de mis preferidos, sin dudas.

Ups. Cachetazo a los conservadores de todos los estilos y gustos. ¡Horrorícense más aún, ustedes, celosos guardianes del deber ser! Oigan de boca de la propia Chicana cómo es esto de faltarle el respeto a la moral única: “Origen rockero. Identificamos en el origen del tango la esencia del rock. El ambiente prostibulario, lo ilegal, lo marginal, el estilo de vida del tango y el rechazo de la sociedad hipócrita hacia él. Las letras de aquellos tangos son mordaces, con intención irónica o doble sentido. Las que parecen más trágicas a primera vista, son en realidad las más cómicas, elaboradas con un fino cinismo: una poesía cruda que puede decir cualquier cosa, desde la más descarnada realidad cotidiana hasta la más cósmicamente fantástica metáfora. Nos gusta la crudeza metálica, pero de sofisticada musicalidad, de las guitarras de Gardel. Y su melodismo infinitamente simple, claramente enmarcado en la canción. Gemas de tres minutos que recuerdan en su perfección a los Beatles. Gardel-LePera = Lennon-McCartney”. Tomá. Cross a la mandíbula a los preservadores de la mesura, lo cuadrado y la cautela.

Y que no me corran con que esto es posmoderno. Porque nadie habla aquí de armar collage vintage con deseo palermitano. Estamos tratando de extender las posibilidades. En todo, en la vida, en la política y en la música. De abrir las puertas de la percepción. Pero para que hacerlo sea arte y bisagra, sólo hay una manera: conocer a la perfección lo clásico, las reglas y la tierra ya fundada y desde ahí pegar el salto. Lo que es bien distinto que ponerse un piercing en el ombligo o decir una mala palabra en televisión y por eso pretender calzarse el traje de transgresor. Sólo se puede disfrutar de la frescura de la improvisación si se tiene la solidez del conocimiento previo. Si no es desde ahí, no es. Así que “No me hablen ni de tango, ni de rock, ni del rojo en el celuloide”, porque ¿después del guitarrazo qué?, ¿después del guitarrazo qué? ¿Caer más simpático en SADAIC?

Esos eran sólo cuadros colgados. No era tango, ni era rock. Sólo cuadros colgados. Y el ensueño del alcaloide”.

Galeano nos regaló sobre Walsh ese maravilloso “Un historiador de su propio tiempo”. En él habla de esos “especialistas en levantar murallas y cavar fosos” que nos dicen que “hasta aquí llega el género novela. Este es el límite de la poesía. He aquí la frontera que separa la literatura de ficción de la de no ficción. (…) Hay celosos aduaneros, separando la literatura de sus fondos. El periodismo es un suburbio de las bellas artes. ¿Cómo explican estos trituradores del alma que el mejor narrador argentino de su generación fuera esencialmente un periodista?”. Dice Galeano ahí que ese tipo de obras, las que logran no quedarse anquilosadas en la estructura de lo dado con las que nos devuelven la fe, estando como está el camino tan lleno de pavorreales, impostores y mercachifles”.

Uno de los últimos gestos chicaneros, que nos permiten seguir insistiendo en que es posible forzar los límites de lo posible y desear cada día con algo más, fue el inmenso gesto de valentía, coraje y arrojo de los enormes Lola Solá y Acho Estol de meterse nada menos que con el gurú del roncanroll. Ese encantador de serpientes que nos vuela el cerebro con poesía, que nos enseñó que el compromiso musical no está en un estribillo de arenga sino en que la música nos contenga, el líder no partidario más importante que hoy tiene la Argentina: Carlos Solari, el Indio. Con él se metieron. Y lograron un tesoro. El de los inocentes, el que no se ve. Lo lograron desde el estudio, el arte, la profundidad, el conocimiento, la temeridad, la bravura y el amor. Y por eso les salió una perla perfecta. Por el amor. Porque, y que valga para todas estas horas de nuestras vidas: “Si no hay amor que no haya nada entonces, alma mía. No vas a regatear”.

martes, 20 de octubre de 2015

Programa SF 179 - Lohana Berkins y Emiliano Litardo - 17 de Octubre de 2015


Debe haber decenas. 
por Mariana Moyano
Editorial SF del 17 de octubre de 2015
Debe haber decenas, cientos de tomas de ese instante. Su sonrisa, como dice el lugar común de la descripción, es de oreja a oreja. Pero en su caso era casi literal. Tenía una sonrisa amplia, generosa; la de esas personas que se quieren reír y compartir una bocota abierta que muestra los dientes; la de esas que saben lo que vale (y lo que cuesta) arrancarle a la vida una buena carcajada. En la foto famosa están ella y Cristina Fernández. Fue tomada en el acto del 2 de julio de 2012 cuando la Presidenta firmó dos decretos vinculados a la diversidad sexual (para los niños y las niñas nacidos previamente a la sanción de la ley de matrimonio igualitario), reglamentó la ley de identidad de género y entregó DNI a personas trans con el nombre de su identidad auto percibida.
Emilio Ruchansky fue el periodista que escribió la crónica del acto para Página 12. “En un acto sencillo y ante una multitud emocionada, la Presidenta firmó ayer dos decretos referidos a la diversidad sexual y entregó nuevos documentos a personas trans y a bebés de parejas de mujeres, nacidos antes de la Ley de Matrimonio Igualitario. “Este es un día de inmensa reparación y de igualdad, que es algo tan importante como la libertad”, dijo Cristina Fernández de Kirchner, tras reglamentar la Ley de Identidad de Género y reconocer la deuda que tenía el Estado con el colectivo trans. ‘Cuando alguien es ignorado y reprimido, es negar al otro y a sus derechos, es como no existir’, agregó la Presidenta”, decía la nota.
La tapa de ese día de Página 12 es emotiva, colorida y feliz. La foto principal ocupa casi todo el pliego y se la ve a la Presidenta haciéndole arrumacos a uno de los bebés hijos de una de estas parejas de mujeres y en imagen interior del diario, la jefa del Estado le hace upa a una de las mellizas de Laura Ruggiero y su esposa Catalina Schünemann.
Ese día, en ese acto, recibieron su DNI Laura Elena Moyano, Kalym Adrián Soria, Silvana Sosa, Luisa Lucía Paz, Reyna Ornella Infante, Valeria del Mar Ramírez -secuestrada en el Pozo de Banfield durante la dictadura-, María Laura Alemán, Maia Mar Abrodos, Gabriela Abreliano, Laura Elena Villalba y Amancay Diana Sacayán. Ese día fueron 12. Hoy ya son 4775 personas las que han podido obtener su nuevo DNI con la identidad auto percibida. Es una tarjeta plástica que dice algo. Una formalidad. Pero es nada menos que lo que certifica que el Estado –ese mega monstruo que institucionaliza apenas con un papel- reconoce y hace visible le pese a quien le pese.
Por esa carga es que aquel acto era –pese a su sencillez- tanto. Pero no fue sencilla la previa. Diana fue una militante, territorial sobre todo, pero además un inmenso cuadro político y una gran estratega. Ni ella ni muchas de las chicas trans estaban convencidas de compartir la ceremonia con las madres lesbianas y sus hijos e hijas. Se sucedieron una serie de debates, algunos ríspidos. Pero fue Diana la que sintetizó el porqué de la disidencia: “es que esos bombonazos (los bebés) nos van a sacar todo el protagonismo a las maricas”. Y le puso carcajada. La risa estalló entre todos quienes estaban organizando ese acto. Tuvo razón. Los bombonazos se robaron la primera plana. Nada le gana a un bebé y a un cachorrito, dicen los publicistas. Pero lejos de poner un obstáculo, con su puesta en palabras de lo que sucedía, Diana descargó, liberó y las cosas transcurrieron como ella hacía que transcurrieran: ella hacía que todo fluyera. Es una mirada muy personal, por supuesto. Es mía y este es mi texto, pero es que la mayoría de las chicas trans, a mí, me la han hecho siempre fácil. Será por mis pelos, porque yo también soy una plumífera, porque hay quienes creen que me insultan cuando en las redes me caracterizan como que “doy trava” y no se dan cuenta que me hacen reír o porque pasé varias noches de mi vida en los Morocco y Ave Porco donde toda la jungla se reunía a bailar. Por lo que haya sido, Diana fue siempre una de las que me la hizo sencilla. Su calidez, su humor, su sensibilidad hacían que una se sintiera a gusto. Y hasta tuvo la generosidad de honrarme con su cariño y respeto al invitarme a formar parte del grupo de periodistas que le hicimos entrega de carnet de profesional, el que le entregó la UTPBA el 19 de mayo de 2011 con el nombre de su identidad de género.
El martes 13 fue que nos enteramos de su asesinato. Las compañeras la habían estado esperando en Mar del Plata. Nunca llegó, nunca la vieron allí con su bandera con la inscripción “TRAVAJO” (con V corta), su última gran conquista: el cupo para personas trans en el Estado de la provincia de Buenos Aires. Fue por la extrañeza de su ausencia al Encuentro número 30 de mujeres que una corriente de amistades empezó a preguntarse por Diana. Fueron a su departamento de Flores y la hallaron acuchillada y muerta. Sé que es brutal decirlo así, pero así deben decirse ciertas cosas. Como hacía Diana, sin cierta corrección política, sin ciertos cuidados, con brutalidad si hace falta, sencillamente porque es brutal que nos maten.
Me resuenan todavía discusiones que tuve con muchos compañeros varones en las previas de la marcha del #ni Una Menos. “¿Por qué diferenciás la muerte de mujeres de las de varones?”. No voy a extenderme aquí en los conceptos básicos de 50, 60, 70 años de feminismo; ni en el concepto de discriminación positiva, ni en el techo de cristal. Simplemente voy a decir que es necesario hacer una diferenciación porque en la mayoría de los casos de muertes de mujeres y de trans el asesinato tiene en su centralidad la noción de posesión: nos pueden matar porque creen que nos poseen; somos un cuerpo poseíble para el que comete el crimen. Ni en esa muerte hay igualdad; somos algo subsumido a quien nos asesina.
Lohana Berkins es una luchadora de añares. Fue la que a mí me enseñó lo primero que aprendí sobre la vida trans allá por esos años cuando ni hablar del tema era sencillo y en esta última edición del Suplemento Soy (dedicado casi íntegramente a Diana) lo dijo con brutalidad, como hay que decir ciertas cosas que son brutales: “El asesinato de Diana es un travesticidio y hay que empezar a reconocer estos actos como crímenes de odio. No importa si el responsable es un viejo amigo que esa noche pegó mal, no importa si es uno nuevo que quería sexo gratis, no importa si eran dos tipos que buscaban diversión y se fueron de mambo. Lo que importa es que se sintieron con la impunidad de cometer el asesinato. ¿Cuántas veces se investigan los asesinatos de travas? Es la misma impunidad con la que el candidato del PRO a la intendencia de La Plata dijo que no daría trabajo a las travas, que les daría un médico. Las consecuencias son las mismas, incrementar el odio, legitimarlo. Hay que terminar con estas frases que, dichas risueñamente para que "entren mejor", juegan con la vida de muchas de nosotras”.
En Mar del Plata, el lugar donde se celebró el Encuentro al que Diana no llegó, puede ganar la intendencia un hombre despreciable que piensa que las mujeres podemos tener el pelo largo porque poseemos las cuatro horas necesarias que, según entiende, nos lleva y perdemos en arreglárnoslo. Se llama Carlos Arroyo y es el postulante de Cambiemos a jefe comunal.
Arroyo cuenta con el apoyo explícito de un tal Carlos Pampillón, un hombre que posee en su haber el llamar “femitroskas” y “choriplaneras” a las que participaron del Encuentro de Mujeres de Mar del Plata; irrumpir en sesiones del Concejo Deliberante, haber hecho desastres en el Centro de Residentes Bolivianos, reivindicarse ultra católico y junto a su agrupación haber destrozado el memorial de la Base Naval de Mar del Plata con el que se recuerda que allí funcionó un centro clandestino. “El 8 de septiembre de 2011, la agrupación de Pampillón atacó el memorial: sobre la base, escribieron con aerosol “aquí se defiende la patria”; sobre la columna que pide “memoria”, escribieron “completa””, relata la crónica de Página 12 sobre este neonazi.
La corrección política diría que lo que le falta a esta gente es tolerancia. No me gusta la idea. La Presidenta dijo en aquel acto en que le entregó el DNI a Diana que “No me gusta la palabra tolerancia, porque eso quiere decir te aguanto porque no tengo otro remedio. Yo quiero hablar de la igualdad”, de tener los mismos derechos.
Hablar de derechos un 17 de octubre es hablar de leyes, pero sobre todo de cómo los alaridos sublevados, los gritos subterráneos irrumpen ante los ojos de quienes los vienen construyendo, de quienes andaban distraídos por la vida y de quienes ni siquiera sabían de la existencia de esos seres humanos que aún no tienen lo que merecen.
Desde Gregorio de Laferrere Diana hizo oír su grito rebelde. Porque ella sabía dónde había una necesidad, pero sabía aún más que allí dónde esa demanda estaba nacía un derecho. Tanto lo sabía que quería, quería y quería y amaba y abrazaba y se reía y nada le parecía imposible. Siempre que la veía en acción pensaba en esa frase que le atribuyen a Cantinflas y que dicen que Marlene Dietrich repetía mucho: “Lo difícil lo hago de inmediato, lo imposible me lleva un poco más de tiempo”.
A Diana le robaron la posibilidad de probar que iba a terminar de construir lo imposible. Y a todos y todas nosotros nos robaron a Diana, una militante emblemática del cariño, del amor y de la igualdad. Y, sí, aunque ella no quería, estamos de luto. Porque la extrañamos, porque no queremos su ausencia y porque no podremos llorarla en paz hasta que no aparezca él o los responsables. Mientras tanto la tendremos a ella con su poncho norteño en la nieve sueca; con su sonrisa amplia y su carcajada lista, con la explicación amorosa al mellizo de tres años que le preguntó por sus tetas y con el poema que nos dejó para cuando ya no estuviera. Ese que ella misma tituló “Cuando yo me vaya":
Cuando yo me vaya no quiero gente de luto. Quiero muchos colores, bebidas y abundante comida;
ésa que de niñ* me hacía falta.
Cuando yo me vaya no aceptaré críticas; más razonable y serio sería que me las hagan en vida
Cuando yo me vaya desearía una montaña de flores…
Esas que l*s mil amores por los que he sufrido
nunca supieron regalármelas
Cuando yo me vaya no quiero farsantes en mi despedida;
quiero a mis travas queridas, a mi barrio lumpen
a mis herman*s de la calle, de la vida y de la lucha.
Cuando yo me vaya sé que en algunas cuantas conciencias habré dejado la humilde enseñanza de la resistencia trava, sudaca, originaria.
Cuando yo me vaya quiero una despedida sin cruces;
tod*s saben sobre mi atea militancia;
Y sin machos fachos, porque también saben
sobre mi pertenencia feminista.
Cuando yo me vaya; espero haber hecho un pequeño aporte a la lucha por un mundo sin desigualdad de género, ni de clase.
Cuando yo,esta humilde trava se vaya, no me habré muerto…simplemente me iré a besarles los pies a la Pachamama”.

jueves, 15 de octubre de 2015

Programa SF 178 - María Pía Lopez - 10 de Octubre de 2015


Hasta que se entienda.
por Mariana Moyano
Editorial SF del 10 de octubre de 2015
Hay cosas que pasan por otro lado antes de llegar a la cabeza. Se sienten en la piel, en la espina dorsal, se turba el eje de la columna vertebral. Hay, existe –una lo hace- un intento por racionalizar pero, para algunos y algunas, es inevitable que gane la irritación antes de que el cerebro pueda poner algo en orden en este lío.
Creo que el jueves comprendí lo que les ocurre –físicamente, me refiero- al mundo cacerolo ante las cadenas nacionales. No pueden pensar, se les nubla el potencial razonamiento. Yo el jueves por un ratito no pude pensar; se me nubló toda potencialidad de razonamiento. Fue fuerte. Muy.
Las crónicas del viernes dan un poco cuenta de cómo cayó en cada estómago editorial. “Con Moyano y Duhalde, Macri se dio un baño de peronismo. Reivindicó al creador del justicialismo por su llamado a la unidad en los 70 pero no cantó la marcha partidaria”, decía La Nación. La sensación que esa nota transmitía era la de los niños en la playa que encuentran algo muerto que el mar dejó en la orilla. Sienten profunda curiosidad pero para tocarlo necesitan de un palito, porque el asco puede más que la intriga. Ni con un palo y un puaj, parece chorrear la nota y la letra chica detrás del escrito más grande.
Clarín hizo la gran “metemo´ todo en la licuadora, metemo´” y saltó con una bajada que decía: “Es un gesto del jefe de gobierno al PJ. ‘El peronismo no es prepotencia ni soberbia ni narcotráfico’”, dijo Macri. Lectura ramplona, de profundidad pelopincho y mirada híper ligera y a gusto de conveniencias para hablar de peronismo: un clásico del gran diario casi desde que nació.
Página 12 arrancó su crónica con textuales de los ofendidos: “Oportunista, antiperonista, irrespetuoso”.
Para algunos fue un gesto parangonable con algunas actuaciones tipo stand up de Elisa Carrió. Esas de las cuales, la mayoría que no quieren a la diputada ex progresista, ex radical, ex aliada de Pino Solanas, ex alfonsinista, se ríen. Yo no suelo reírme de Carrió. Todo lo que aleja a los ciudadanos de la política no sólo no me da risa; me preocupa y le veo costura en la intención.
En lo personal, me irrité. Y hasta diría que quizás menos con quienes protagonizaron ese papelón frente a la Historia que con los que minimizan escenas de este tipo. Parece absurdo, pero quizás deba recordarles a quienes apenas hacen una mueca burlona, una media sonrisa de costado, un gesto socarrón y superado que en la Argentina durante una década entera (por mencionar apenas lo más reciente) fue la estructura del peronismo la que se puso al servicio del tercer desguace más fenomenal que se hizo de las riquezas de la Patria. El menemato no fue la corrupción y las excentricidades de Carlos Menem con la Ferrari, la avispa y el cohete que iba a salir a la estratósfera. Estamos hablando de un hombre que, todo indica, entregó a su hijo junto con el poco patrimonio que quedaba. No es joda el esqueleto del peronismo. Por no cuidarlo bien, en la ciudad de Buenos Aires se lo quedó Cristian Ritondo y por no prestar atención, Mauricio, que es Blanco Villegas, gana y gana y gana en el sur, en el norte y en el centro. El conservadurismo de derecha sabe cómo ser popular.
La historia sucede como tragedia y luego como farsa, dice la máxima. En su libro “Así hablaba Juan Perón”, Aníbal Fernández se pelea con la idea. Me atrevo a decir que a veces sucede primero como tragedia y después no sólo como farsa sino como una bufonada de profunda simulación, pero el inconveniente es que no termina en risa, sino en drama de esos que acarrean muertos. De hambre o de bala. Cuando hay crisis, da lo mismo.
No le doy más entidad al supuesto peronismo de Mauricio –que es Blanco Villegas- que a Rocío Marengo cantando la marcha peronista. Pero eso no quiere decir que deje pasar la inmensa, profunda, conceptual e histórica disputa que se viene dando por el peronismo desde hace ya unos cuantos años.
Osvaldo Pepe, que no es un cuatro de copas de Clarín (y no hablo aquí de Clarín como la “corpo”, sino como la columna vertebral del sentido común argentino durante décadas) en 2008 salió con los tapones de punta. Primero, en una carta abierta a Néstor Kirchner le advirtió de su pertenencia al peronismo y su cercanía a Antonio Cafiero y en 2012 a los jóvenes del kirchnerismo los llamó “imberbes”. Si alguien quiere decirme que esto es una casualidad, pues que lo haga. Yo, entre gente inteligente y que sabe lo que hace en política, no puedo pensar en coincidencias. Disculpen, prefiero andar alerta a tener que volver a ver en televisión como parte de la lógica de mi país a Adelina Dalesio de Viola junto a Susana Giménez cantando la marcha peronista entre sonrisas burlonas para decir luego: “en este país los proletarios quieren ser propietarios” y reír a carcajadas por conocer al detalle lo que aquí estaba sucediendo.
Celebro que varias voces se hayan levantado ofendidas. No porque pusieran alarido, sino porque si algo es molesto e irrumpe como fuera de lugar, eso quiere decir que el contexto ha asentado bien las bases para que los gestos y actos cínicos no pasen como parte del paisaje cotidiano.
Este fue un hecho menor. Como quizás también lo sea que justamente el gobierno de la ciudad por una razón que no explican, le hayan quitado a la autopista el cartel con el nombre de Arturo Illia. Pero se trata de actos de un simbolismo tan profundo que extraña que pocos hayan reparado en que Mauricio –que es Blanco Villegas- haya hablado de “igualdad de oportunidades” en lugar de “justicia social” y no explique la quita de un nombre tan caro a la tradición radical más popular.
Así como “olvidó”, digamos entre muchas comillas, esa parte de la trilogía y la reemplazó por frases de ocasión de Juan Domingo Perón buscadas por Jaime Durán Barba en Google, tampoco tuvo en cuenta las otras dos: la soberanía política y la independencia económica.
“Raro”, también entre muchas comillas y con el dejo de ironía del que soy capaz. Raro que lo olvidara justo en la semana en la que la República Argentina dio un paso gigantesco para llegar hasta casi el desendeudamiento completo. El lunes la Argentina pagó 5900 millones de dólares. Eso no significa, mal que les pese a los agoreros, que las reservas cayeron en 5900 millones. Implica que nuestro país debe 5900 millones menos y que los próximos años deberá hacer pagos que casi ni se sentirán en las arcas del país. En 2003, nuestra deuda implicaba el 11% de nuestras reservas; hoy apenas el 1% cuando Brasil, para hablar de un país y socio de acá cerquita, tiene comprometido el 8%.
La mentira de que no íbamos a poder pagar pudo durar sólo hasta el día en que se pagó. “Con Reservas del Central, hoy pagan bonos por U$S 5900 millones”, tituló Clarín. Jaque Mate. La plata estuvo, se pagó y como la majestuosa imagen de Rocambole, un eslabón más arrancamos de las cadenas que nos sujetan a las órdenes de los poderosos del mundo.
Trinaron. Estaban como locos. No pueden sostener la ira. Querían el acabose, el hundimiento, la falta de cash, la imposibilidad de asumir el compromiso. Para hacer como esas y esos cercanos que pululan por la vida de casi todos que, cuando una mete la pata, en lugar de abrirte un vino para compartir la angustia, ponen la espalda más erguida que de costumbre para que el “te lo dije” duela más. Pues no pasó. Se pagó y este fin de ciclo tan particular le deja al próximo gobierno un país casi por completo desendeudado. Esto no es ni un detalle, ni es sólo simbólico. Es histórico. Y novedoso para, al menos, 5 generaciones.
Hay cosas que pasan por otro lado antes de llegar a la cabeza. Se sienten en la piel, en la espina dorsal, se turba el eje de la columna vertebral. Hay, existe –una lo hace- un intento por racionalizar pero, para algunos y algunas, es inevitable que gane la irritación antes de que el cerebro pueda poner algo en orden en este lío. Y si algo los brota a los odiadores de todo esto que pasa es lo que mejor ha hecho el kirchnerismo: sacarle la ficha al gorilismo de derecha y al progre, y poder estereotiparlos hasta que cualquiera entienda de qué se habla.

lunes, 5 de octubre de 2015

Programa SF 177 - Werner Pertot y Jorge Elbaum - 3 de Octubre de 2015

Ellos, que son tan Blanco Villegas.
por Mariana Moyano
Editorial del 3 de Octubre de 2015
No se equivocó cuando el 4 de junio de 2007 lanzó una de sus frases memorables. “No se olviden que Mauricio es Macri”, había dicho ceceoso y pícaro el entonces Presidente Néstor Kirchner, metido de lleno en la campaña por la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Todos entendimos, aunque sea cierto que no se le puede aplicar linealidad al apellido Macri, lo que nos quiso decir con esa máxima pegadiza.
Franco siempre habló bien del peronismo del 45 porque, sobre todo, en las décadas posteriores a la de los ochenta, le gustó el mote de empresario industrial. Tuvo palabras más que elogiosas para con el gobierno de Néstor Kirchner. Cuestionó lo que él llamó el “exceso aperturista” de los noventas “por el cual el empresariado argentino fue casi diezmado”. Habló bien de Hugo Chávez y de Cristina Fernández y de las políticas llevadas adelante por estos años y hasta aparece, entre quienes conocen los entretelones, como uno de los personajes que aceitó los vínculos de Argentina con la República Popular China.
Por el contrario, Mauricio, además de haber definido a Carlos Menem como el “gran transformador” fue un karateca de la palabra con términos mucho más fuertes: “No soy menemista; soy supermenemista. Soy menemista a muerte. (…) En el 89 estábamos casi fuera del planeta, en un lugar marginal. Nos hemos reinsertado en el mundo, se ha recuperado la economía”, le dijo a la revista Viva.
Por estas diferencias entre padre e hijo fue que quizás Federico Pinedo, titular de la bancada de diputados PRO,comentó un poco en serio, un poco en tono de chanza en julio de 2010, que “Mauricio es Macri, pero Franco es Kirchner", en aquellos días en que Franco deslindó por completo al matrimonio Kirchner del escándalo por el espionaje ilegal en la Ciudad de Buenos Aires. “Pongo las manos en el fuego por ellos”, había dicho el empresario, algo que no se le ha oído sobre su primogénito.
Estas disidencias filiales parecerían indicar un error en aquella frase de Néstor Kirchner lanzada como máxima y que tantos hemos usado tantas veces. Sin embargo, probablemente apunte a algo mucho más profundo que lo que la misma expresión dice. Quizás se refiera al comportamiento vampirizante de algunas empresas para con el Estado y a la certeza con que viven de que ellos nunca serán ni hundidos ni tocados por el modo en que se mueven en el mundo de lo público.
En el año 1980, el 17 de febrero para más detalles, el diario La Nación -esa voz siempre clara de los poderes reales- mostraba su preocupación en un texto editorial en el cual planteaba como un problema el pase de manos de poder de las familias patricias agropecuarias, los proveedores de materia prima al Reino Unido, hacia sectores nuevos de la economía de entonces, más ligados a la patria financiera que a la bosta de vaca. “El viejo establishment –decía el diario de Mitre-, como suele decirse, ha sido y es genuinamente republicano, en su espíritu. En cambio no se sabe todavía mucho de los grupos económicos emergentes”.
Escribe Norberto Galasso en su último libro “Mauricio Macri, la vuelta al pasado”: “El diario de los Mitre no da nombres de esa docena de peligrosos contendientes pero en el mundo de los negocios resuenan novedosamente los nombres de los nuevos dueños de la Argentina, tales como Techint, Pérez Companc, Fortabat, Roggio, Pescarmona, Bulgheroni, Arcor, Ledesma, al tiempo que todavía se mencionan a algunos de ´los tradicionales´ como Bunge y Born y Soldati. Y entre los primeros se encuentra el grupo Macri”.
Esta preocupación tan “de clase” del diario La Nación es la misma que Franco conocía y que Ana Ale en su libro “La Dinastía” relata de este modo: “Franco es albañil, tal como gusta describirse y no banquero. Son definiciones tajantes que incomodan a sus colegas fabricantes de dinero (…) No es un Rocca, un Pérez Companc, un Escasany y mucho menos un portavoz full time del poder internacional como los Aleman. Macri les suena a marca de tuco, como se lo hicieron saber todas las veces que pudieron. (…) En la carrera de la figuración, Franco apenas ascendió al grado de Capitán de Industria, título que en la década del 80 rebautizó y le puso maquillaje al viejo elenco de la patria contratista… es un outsider”.
Un outsider que concreta los negocios más importantes relacionándose con capitales externos. “En 1979 realiza un joint venture que bautiza MANLIBA (Mantenga Limpia a Buenos Aires) entre Impresit Sideco (del cual Macri posee el 49%) y la empresa estadounidense Waste Management International, la principal del mundo en material de limpieza. Manliba empieza a operar en marzo de 1980 y es Mauricio quien firma el contrato con el intendente de la dictadura Osvaldo Cacciatore”. (Galasso)
Pero –un dato no menor- a 15 años de su llegada a Buenos Aires, en 1958, Franco se había casado con Alicia Blanco Villegas. Mauricio nace de esa unión y entre el colegio Cardenal Newman y la Universidad Católica; la formación por parte del empresario Gregorio Chodos, del peronista Jorge Haiek y del liberal Ricardo Mansueto Zinn, específicamente pensada por su madre, el primogénito es construido ya no como el empresario millonario, sino como el del dinero fuerte, pero también el de la sangre azul. Un andarivel más en la escalera de lo supremo, según el razonamiento de esta clase.
No se equivocó Kirchner, entonces, cuando en 2007 lanzó aquella memorable “no se olviden que Mauricio es Macri”, pero debiéramos completarla: No se olviden que Mauricio es Macri, pero que su columna vertebral ideológica es Blanco Villegas. El mundo de las ideas, como dice Galasso, había quedado a cargo de la rama materna de Mauricio.
Poquito tiempo después de la firma con Cacciatore, Mauricio trabó relación con Donald Trump, el de los muros para mexicanos de esos días, cuando en Nueva York firmó la venta de Lincoln West y le vendió a Trump su opción por 118 millones de dólares.
Todas estas idas y vueltas durante la dictadura harán que, tal como relata Galasso y según un estudio de Eduardo Basualdo, Miguel Acevedo y Miguel Khavisse, los Macri pasen de 7 empresas en 1973 a 47 al fin de la dictadura, entre las que se cuentan Sevel, Sideco Americana, SOCMA y MANLIBA. Estas jugadas empresariales, a los argentinos, nos terminan costando caras: según explica Jorge Argüello, “la deuda de FIAT de 170 millones de pesos terminó transformándose en bonos del Estado que le permitieron a los Macri pagar su deuda a un valor que equivalió a 10% de la original. Claudio Lozano sostiene, además, que importantes empresas controladas y/o vinculadas al grupo Sideco Americana, Pluspetrol, SOCMA, Dragados y Obras, RSZyA Producciones, Iecsa y MANLIBA acumulan endeudamientos en el exterior cercanos a los 180 millones de dólares, que fueron transferidos a la sociedad a través de los seguros de cambio”.
Por esos días Domingo Cavallo estaba en la Presidencia del Banco Central y el economista de Mauricio, Carlos Melcoñián, fue quien se ocupó de las cuestiones técnicas desde el Banco Central para que nos pasaran a todos las deudas de los Macri-Blanco Villegas. Datitos, no más, para quienes quieren comprender quiénes son los se quedaron con la platita que pagamos como deuda externa y, sobre todo, para los tan preocupados por el qué se hace “con el dinero de mis impuestos”. Un accionar bien Macri y bien Blanco Villegas.
Por lo tanto, no puede sorprender en nada que ponga en la lista de candidatos a diputados por la provincia de Buenos Aires a un amigo/socio/vocero, ya que es la lógica de un sector en funcionamiento: la cosa pública como casa propia. Tampoco puede asombrar la barbaridad desprolija e impune del manejo de la pauta con radios FM y canales de las provincias, ni que con total impunidad aparezcan deudas sospechosas –por decir lo menos- con un contratista/amigo y con ministro/candidato: como si nada, Mauricio indica en su declaración jurada que le prestó a Nicolás Caputo 14 millones de pesos y a Néstor Grindetti, el encargado de las arcas porteñas, algo más de 400 mil. No puede asombrar a nadie: es la lógica Macri-Blanco Villegas del concepto del Estado, algo que para ellos no es más que el patio trasero de lo propio.
Por eso es que las mismas firmas que recorrieron la infancia y la formación de Mauricio son las que hoy a través de comunicados tanto de la Unión Industrial Argentina (que de industrialista tiene bastante poco) y de la Asociación Empresarial Argentina (un sello de goma para hacer el lobby de los poderosos de verdad) salieron con los tapones tan de punta a demoler al proyecto de Comisión Bicameral que pretende terminar de hilvanar con nombre y apellido el tejido de civiles que armaron la estructura político ideológica que cumplieron los uniformados.
La UIA manifestó su rechazo al proyecto de ley para crear una Comisión Bicameral de la Verdad, la Memoria, la Justicia, la Reparación y el Fortalecimiento de las instituciones de la Democracia. “Cualquier investigación sobre el particular, que se realice a ciudadanos u organizaciones de la sociedad, debe llevarse a cabo por las vías institucionales que corresponden", dijo la híper republicanista UIA. “El derecho de defensa y la independencia de quienes deben juzgar los eventuales ilícitos solamente pueden ser garantizados mediante procesos realizados por el Poder Judicial".
La iniciativa para la creación de la Comisión había obtenido 170 votos a favor, ninguno en contra, disidencias parciales de la UCR, el Frente Renovador (y hasta José Ignacio de Mendiguren votó afirmativamente en general), el Frente de Izquierda y el interbloque FAP. Pero tuvo 14 abstenciones del PRO, tan Macri y tan Blanco Villegas.
“Hay que dejar de mirar hacia atrás, hay que pensar en positivo y resolver los temas del presente", le dijo el nuevo titular de la UIA a Télam. Esas palabras mágicas que como nos ha enseñado la derecha vernácula y sobre todo el diario La Nación quieren siempre decir impunidad para los civiles que hicieron lo que quisieron con nuestras vidas y nuestro dinero y sobre todo durante lo que ellos llaman El Proceso.
Héctor Recalde –autor de la iniciativa- consideró que la UIA “parte de conceptos erróneos porque la comisión no tiene por objeto juzgar a nadie, no entiendo cuál es el inconveniente para recibir información y testimonios, algo que ya veníamos haciendo desde antes de que se comenzara a discutir la ley”. “Es insólito pensar que no hubo complicidad cuando, a menos de un mes del golpe, un general, un almirante y un brigadier, de la Ley de Contratos de Trabajo que tenía 302 artículos, derogaron 27 y modificaron 99”. Agregó que la Comisión de Trabajo de Diputados, que preside, recibió testimonios sobre Acindar, Ledesma, Techint, Mercedes-Benz, Ford, Papel Prensa y La Nueva Provincia, entre otras empresas, informó Página 12 esta semana.
“Crece la preocupación de las empresas por un proyecto de ley kirchnrista”, nos asustó Clarín desde su versión online y desde las páginas de la impresa. “Polémica”, le agregaron para que no quedaran dudas de hacia dónde iba el diario. Mejor dicho, el grupo.
“Es la norma que crea una Comisión Bicameral para investigarel rol de las compañías durante la dictadura. Al rechazo de la UIA, ahora se sumó AEA. Dicen que la iniciativa busca estigmatizar al empresariado”, según la particular fórmula que eligió Adrián Kaufmann Brea, flamante titular de la Unión Industrial.
"Este proyecto es particularmente inoportuno en un momento en que debe fomentarse la concordia entre todos los argentinos", sostuvo Kaufmann. Bingo. Si el próximo comunicado sale con la palabra “reconciliación” ya no puede ni debe quedar duda para nadie acerca de qué están hablando.
UIA y AEA juntitas y codo a codo. Porque unidas, son mucho más que dos. Son, por ejemplo: Aceitera General Deheza, Arcor, Bagó, Banco Santander Río, Bayer, BGH, Cartellone, Cencosud, El Citi, Clarín, Control Unión Argentina, Coto, Dow Argentina, Droguería de Sur, Endesa, Estrada, Estrada Agropecuaria, Fiat, Grimoldi, Grupo Miguens, IBM, IRSA, La Anónima, La Mercantil, La Nación, Los Grobo, Mastellone, Mercedes Benz, OSDE, Peugeot, Citroen, Praxair, Price Waterhouse, QuickFood, Rimsa, Roemmers, Roggio, San Jorge, Sidus, Southern Cross, Techint, Telecom, TN&Platex y Volkswagen. Mucho más que dos y con más capacidad de batir el parche que un power trío.
Parece que le hicieron caso a lo que les pedía el –digámosle con generosidad- historiador José Luis Romero desde las páginas de opinión de Clarín: “Los empresarios necesitan más conciencia de clase”. Leí eso y me fue inevitable pensar en cómo se revolcaba de furia y espanto cierto barbado de Tréveris que nos enseñó la diferencia de la conciencia en sí y la para sí. Cosas mías. Delirios mañaneros de alguien que aún –por suerte- no pierde la capacidad de sorpresa.
Pero como si no estuvieran ya las piezas suficientes sobre la mesa para entender a qué entramado se enfrenta la próxima Argentina; quién es y con quién juega el candidato de Cambiemos, Jorge Elbaum aportó el eslabón que faltaba para ver la cadena completa de la que forman parte Mauricio -que es Macri y que es más Blanco Villegas-, Alberto Natalio Nisman -que es el PJ, es decir, el Partido Judicial- y los buitres –que son los que juegan en el tablero internacional para arrancar carretillas de dólares de la Argentina, llevarse puestos a gobiernos populares y cargarse a Barack Obama si es necesario-.
“El grupo Israel Hayom pertenece al multimillonario estadounidense Sheldon Adelson, el más importante socio de Paul Singer en el fondo NML Elliot, y además mecenas de la American TaskForce Argentina”, contó Elbaum en Página 12. A la TaskForce, muchos ya lo saben, a mí me gusta decirle Grupo de Tarea. Creo que va más al punto de lo que son.
Pero sigamos al ex Secretario Ejecutivo de la DAIA. Continúa la nota con que “tanto Singer como Adelson aparecen como los máximos donantes de la Fundación para la Defensa de la Democracia (FDD), dirigida por quien se consideraba un gran amigo de Nisman, Mark Dubowitz” (…) Singer y Adelson, además, han sido los billonarios que se han opuesto con mayor determinación al acuerdo de Estados unidos con Irán y han financiado a todos los congresistas que se expidieron contra el acuerdo llevado a cabo por Obama”.
En junio de 2014 Macri realizó una visita a Israel. “Un mes antes del viaje, uno de los organizadores del mismo, Claudio Avruj, actual subsecretario de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires se contactó con el ex fiscal para ampliar la agenda de las reuniones en Tel Aviv y en Jerusalén, vinculadas específicamente con temáticas de seguridad internacional. El entorno de Macri consideraba como referente a Nisman después de sus dictámenes contra la infiltración iraní en Venezuela y América del Sur. Avruj, además de funcionario público, es propietario de la cadena de información judía VisaVis en sociedad con Guillermo Yanco, pareja de la diputada Patricia Bullrich.
El portal noticioso de Avruj sobrevive con un financiamiento similar al recibido por Fernando Niembro. En su página de inicio se divisan claramente las publicidades del Banco Ciudad, Subterráneos de Buenos Aires, la Legislatura porteña, y el Instituto de Juego de Apuestas de la Ciudad de Buenos Aires. Los contactos brindados por Nisman para la gira de Macri contribuyeron a la realización de reuniones con referentes de la derecha israelí y permitieron concluir la visita con una reunión con el primer ministro. (…) Dicha coincidencia de 2014 quedó certificada por la posición tomada el día 9 de septiembre último en la ONU por parte del gobierno israelí, que votó contra las regulaciones de los fondos especulativos. La posición argentina contó con 136 votos a favor, siete en contra y 41 abstenciones. El límite dispuesto a los fondos buitres es considerado –incluso en medios de prensa israelíes, no precisamente Israel Hayom– como uno de los más grandes éxitos de la historia diplomática argentina”.
A este protegido y ateflonado personaje que lleva sobre sus espaldas el no haber viajado jamás en colectivo, décadas de vida pública, el roce con lo popular que le dio su amor por el fútbol y el trampolín de Boca, una reclusión que huele más a auto que a secuestro y que maneja ese desdén de quienes poseen cuantiosa cuenta bancaria y se saben Blanco Villegas se le abrió una grieta. Y por ella entraron las preguntas y la puesta en evidencia de las irregularidades. “Escándalos –como dice el periodista Werner Pertot que sigue al macrismo como perro prendido a los talones- que no parecen ser la excepción sino la regla”.
Mauricio Macri y Alberto Nisman representan todo lo que es pantalla, vidriera, apariencia, el como sí. La clase de personajes que arengan con el latiguillo de que son quienes cobran salarios del Estado los que deben dar las únicas explicaciones; ésos a quienes ven y marcan como parásitos y vagos. Pues algo –chiquito aún y esperemos que crezca- se quebró porque han quedado por estos días ellos dos -justamente ellos, que se y los quisieron erigir como banderas de republicanismo y honestidad- como representantes de lo peor que se puede hacer con lo público, con lo de todos, con lo de muchos, con lo común: los que no sólo se lo quedan sino que lo usan y lo sienten como propio y con derecho a no dar ninguna explicación. Algo que, justamente para no olvidar, deberíamos empezar a rotular como actitud Nisman, mecanismo Adelson, modelo Singer, gesto Macri y modo Blanco Villegas.